Las Pruebas Saber 11, en el mes de
octubre, han sido objeto de análisis públicos, por parte de académicos y de los
medios de comunicaciòn, principalmente. En las escuelas y colegios, sobre todo
en los públicos, los debates son más del órden interno, entre otras razones,
porque el desánimo que producen esos resultados y el manejo de los mismos en
los medios impresos, radiales y de las pantallas, son desalentadores, porque no
son los logros idealizados ni por el Estado ni por la sociedad, porque no son los
mejores, en términos cuantitativos y, sobre todo, porque en esos exámenes no
caben los procesos llevados a cabo en el aula, ni los contextos cotidianos. La discusión sobre las Pruebas
Saber 11 ha opacado los acontecimientos con las Pruebas Saber de 3º, 5º, 7º y
9º, aplicadas a mediados de octubre de 2015, en 17.972 colegios, incluyendo
909.853 estudiantes de 3º, 848.847 de 5º, 11.207 de 7º y 665.948 de 9º.
Según
las declaraciones dadas, a la redacción de El Tiempo, el 19 de octubre de 2015,
por la directora del Icfes: “Con las
pruebas Saber buscamos llegar a todas las regiones de Colombia. Son 2 millones
y medio de niños y jóvenes en todo el país los que estamos evaluando en sus
competencias básicas. Es un insumo maravilloso para saber cómo están los
estudiantes en términos de desempeño y para poder tomar decisiones que aporten
a un mejor sistema educativo”.
“El insumo maravilloso…”.
Desde
la praxis escolar hay que decirle al ICFES y al Minsiterio de Educación que el
“insumo maravilloso”, a la luz de la verdad, no dará cuenta de “cómo están los
estudiantes en términos de desempeño”. Giorgos Seferis asevera, en uno de sus
versos, que la primera gota de lluvia mató al verano. Basta con que en alguna
parte caiga la primera gota de lluvia, y el verano está condenado
irremediablemente. Esa gota de lluvia que cayó en algún colegio distrital, los
días 21 y 22 de octubre del año en mención ha salpicado la supuesta solidez del “insumo
maravilloso”. Veamos:
Los estudiantes convocados. Al menos 40 de los 122.343
estudiantes, candidatos a ser examinados en Bogotá, son gotas que condenan al
verano, empezando porque no todos pudieron presentar la prueba por falta de
equipos y otros lo hicieron en computadoras que no respondieron debidamente. Hubo estudiantes devueltos al aula de clase.
Los equipos. El Icfes y el MEN, por medio de los contratistas
encargados de la prueba, no previeron la
disponibilidad de los equipos ni verificaron la calidad de los mismos, para
presentar un examen de tan alta exigencia. Las personas encargadas ingresaron
al aula desconociendo la capacidad instalada; por eso, ni el Icfes ni el MEN podrán sostener que
todos los estudiantes convocados a examen lo presentaron y que el pavo real triunfó en el país de los pinguinos.
El tiempo. El primer bloque, por citar un ejemplo, debía
responderse en 45 minutos. El estudiante más afortunado en contestarlo, de grado 9º ,
demoró 87 minutos, es decir, 42 minutos más. Así aconteció con los demás bloques. ¿Por qué? Inexplicablemente, en
una Secretaría de Educación como la de Bogotá DC, que cuenta con una REDP y con
equipos de computación aceptables, el Icfes y el MEN no usaron esos medios sino
que le entregaron a cada estudiante una USB con el examen. La USB no funcionó
bien, incluso, en ocasiones hubo estudiantes que interrumpieron la secuencia
del examen, porque ante cualquier roce el dispositivo se desactivaba.¿Por qué no se hace el examen en línea, como le tocará hacerlo a estos estudiantes cuando estén en la universidad, incluso en la realización de transacciones comerciales en la vida cotidiana?
Los estudiantes. Literalmente, como lo escribe Frank
McCourtle, en Las cenizas de Ángela;
“vuestra mente es un palacio”, aunque presentaron el examen llevando, algunos,
sus zapatos y los sacos del uniforme rotos. Fue inferior el Icfes y el MEN en
la puesta en escena de la prueba, improvisaron. Más aún, generaron malestar en
los alumnos, porque ante la lentitud,
entre respuesta y respuesta, la producción de cortisol y de endorfinas se
alteraron, manifestándose en el desánimo, la rabia por la demora, las ganas de
abandonar el salón para ir a jugar con sus compañeros y para estar en su salón
compartiendo con los profesores. La motivación se vio afectada lo mismo que el
interés por los contenidos del examen. “Que cosa tan mamona” expresaron algunos
estudiantes.
Generalmente las
pruebas prohíben la ayuda entre los estudiantes por la sospecha de que “se
copian” y eso es motivo de anulación. Pues en la prueba referida hubo
contravención de la norma, los estudiantes, dada las falencias de la USB,
tuvieron que ayudarse, técnicamente, unos con otros, sin la itención de copiarse. No obstante, las personas encargadas
expresaron su contrariedad, pese a que minutos después, antes del descanso
contemplado, la persona representante del Icfes les sugiriese avanzar, para que después del mismo todos comenzaran al tiempo el tercero
y el cuarto bloque. ¿El fin justifica los medios?
La actitud de ayuda,
que desaprovechan las pruebas para fines educativos, propia de los seres
humanos y un valor que la educación debe cultivar en los educandos, cobró
importancia en esta ocasión, porque relajó a los examinados, activó la
capacidad de ser amigos y compañeros e
incluso “de ser cómplices”, como lo afirma William Ospina cuando se
interroga, en: Preguntas para una nueva
educación ¿Por
qué tiene que ser necesariamente un error o una transgresión que el que no sabe
una respuesta busque alguien que la sepa?
De los contenidos. Bastaría decir que los contenidos de las preguntas son homogenizantes, se busca que esos millones de niños examinados contesten lo que el Icfes quiere que le respondan; desconocen la autonomía de las instituciones escolares en cuanto a que cada colegio tiene su propio PEI, su currículo, su plan de estudios y eso no lo consultan los técnicos del Icfes para diseñar las pruebas. Además se parte del hecho que todos los niños presentan los mismos ritmos de comprensión, los mismos niveles de motivación, la misma capacidad de memoria y hasta la misma velocidad lectora, asuntos discutibles e inexistentes.
Del aula. El Ministerio de Educación Nacional ha puesto en circulación, desde 2002, la Norma Técnica Colombia, referente a los Ambientes Pedagógicos Básicos, ratificada por el Consejo Directivo del ICONTEC, en 1999. En el caso que nos ocupa, el Ambiente Pedagógico Básico es el B, para el cual se establece que: "el salón de computadores" para "40 estudiantes" debe contar con una área de 2,2 metros cuadrados por estudainte. El aula donde los estudiantes, de 7o y 9o, llevaron a cabo el examen no cumple con esas dimensiones. Otro factor en contra de los resultados de la prueba.
Los técnicos de la prueba saber. Fueron tres las personas que asistieron al plantel, en disímiles momentos, para gestionar la aplicación de la prueba. Dos de ellas estuvieron con los alumnos de 9º y de 7º, en dos días distintos. En realidad, fue difuso el sentido de su presencia, porque otrora, en los primeros tiempos en que iniciaron estas pruebas, recuerdo que los profesores del curso o de las áreas no podían ni asomarse a los salones donde examinaban a sus pupilos; pero esta vez al colegio le tocó poner a un maestro, cada día, a vigilar los exámenes sin contar con las indicaciones del caso. Entretanto, las dos funcionarias contemplaban la aplicación de la prueba. Fueron escasas la intervenciones, salvo para sugerir avanzar en el paso al tercer bloque, el cambio de unas USB dañadas y el diligenciamiento de unos formatos.
Los técnicos de la prueba saber. Fueron tres las personas que asistieron al plantel, en disímiles momentos, para gestionar la aplicación de la prueba. Dos de ellas estuvieron con los alumnos de 9º y de 7º, en dos días distintos. En realidad, fue difuso el sentido de su presencia, porque otrora, en los primeros tiempos en que iniciaron estas pruebas, recuerdo que los profesores del curso o de las áreas no podían ni asomarse a los salones donde examinaban a sus pupilos; pero esta vez al colegio le tocó poner a un maestro, cada día, a vigilar los exámenes sin contar con las indicaciones del caso. Entretanto, las dos funcionarias contemplaban la aplicación de la prueba. Fueron escasas la intervenciones, salvo para sugerir avanzar en el paso al tercer bloque, el cambio de unas USB dañadas y el diligenciamiento de unos formatos.
“Esta
es una oportunidad para mirar cómo están nuestros estudiantes en los diferentes
grados estratégicos de su trayectoria escolar de manera periódica”, declaró la
minsitra de Educación, el 19 de octubre a El Tiempo. La cotidianidad indica que
nuestros estudiantes están bien en cuanto a disposición y capacidad
intelectual, pese a las adversidades sociales. La Prueba no anda bien ministra
y directora del Icfes, se desplaza con mucha lentitud y nuestros estudiantes se
movilizan con bastante agilidad. Es la oportunidad, ministra, para mirar otros
asuntos de la evaluación y de la educación. De esta manera, no “podemos valorar los avances en el tiempo y el impacto
de los diferentes programas y acciones” que usted dice estar liderando desde el
Ministerio de Educación, porque la veracidad no está presente en su totalidad.
Ojalá el colegio que
refiero y la experiencia que relato hayan sido la excepción en Macondo, en la dinámica de las Pruebas Saber aludidas, aún así
esta gota de lluvia mató al verano y de eso deben dar cuenta los
resultados, en el momento de su publicación. Y, si en otras
istituciones pasó algo similar, que según testimonios si ocurrió, entonces ya no
estamos hablando de una gota de lluvia sino una tempestad que azotó a los centros escolares. ¿Y por los estragos de ese aguacero y por los damnificados quién responde, en lo económico, en lo social, en lo cultural, en lo político y en lo emocional, Dra Gina Parody y Dra Ximena
Dueñas ?
¿La culpa es de la vaca, como lo ilustra Jaime Lopera G. y Marla I. Bernal T. en su libro ? ¿Culpable el magisterio, como siempre? ¿Mal preparados los estudiantes o mal organizadas las pruebas?
¿La culpa es de la vaca, como lo ilustra Jaime Lopera G. y Marla I. Bernal T. en su libro ? ¿Culpable el magisterio, como siempre? ¿Mal preparados los estudiantes o mal organizadas las pruebas?
José Israel González Blanco
ocavita@yahoo.com
Bogotá DC, noviembre 01 de 2015
Muy interesante lo sucedido en su colegio, en el nuestro no fue sistematizada la prueba, pero estoy de acuerdo con usted, siempre estandarizando todo y el proceso educativo tiene sus dinámicas.
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