Matemáticas y
Lenguaje:
De la penumbra
a la azotea en el colegio Sintético.
Ya pasó el alboroto por el Día E. Los educadores hicimos
lo que la conciencia nos indicó hacer; hubo quienes obedecieron ciegamente al mayoral y
no faltaron quienes se hicieron los de la vista abotagada. En menos de 300 días
volverá otra vez el ventarrón a destejar los ranchos, mostrando nuevamente las
penurias a las que nos han llevado los gobernantes de turno, de un país llamado Desigualdad. La situación del denominado
país y la de uno de los tantos colegios destechados: Sintético, se parece mucho a la historia de un jumento que cae en
un hoyo y la actitud de su mayordomo fue dejarlo en el foso y taparlo con
terrones, auxiliado con el vecindario. Lo que el mayordomo no previó fue la
salida del rucio, a través de su propio ímpetu, la fuerza centrífuga, apoyado
en los pedazos de gleba que caían sobre su cuerpo.
A un buen número de colegios, sobre todo estatales, nos
entregaron unos desalentadores resultados. Literalmente nos ubicaron dentro de
un hoyo y digo que nos pusieron allí, porque las comunidades educativas nos
negamos a aceptar ese es nuestro hábitat. En el hueco está Colombia, así nos lo
hacen ver los foráneos, porque quienes gobiernan juran que los nacionales
estamos muy bien. A Colombia la han llevado al hoyo los gobernantes que hemos
tenido y tenemos, allí nos quieren sepultar
lanzándonos terrones como los impuestos elevados, la negación de los
Derechos Humanos, la pobreza y la destrucción de la naturaleza. La Colombia que
no ostenta el poder político y económico no es la que ha hecho de Colombia el
séptimo país mas desigual del mundo y el segundo de América, ni uno de los más
violentos del planeta, ni el que ocupa uno de los primeros lugares de la cola
en las Pruebas Pisa. No, eso lo ha hecho la minoría capitalista.
Los colegios, con bajos índices de calidad, no han
buscado esa calificación, los gobiernos de turno, desde hace décadas y
centurias, han lanzado al socavón a esas comunidades educativas desasignándoles
los presupuestos requeridos, hacinando a los estudiantes, dejando que los
Ambientes Básicos y Complementarios de Aprendizaje se deterioren, imponiendo
unas políticas educativas fuera de contexto, no garantizando plenamente del
Derecho a la Educación, pagando mal a los docentes, sobrecargando laboralmente
a los directivos docentes y a los maestros, entre otras situaciones.
Dicho lo anterior, invito a los lectores a que me
acompañen en una primera reflexión acerca de los resultados del colegio Sintético en el país de la Desigualdad alrededor de los resultados
de las Pruebas Saber en Matemáticas, Lenguaje y en Ambiente escolar, en los
grados 3º, 7º, 9º y 11, con el sano propósito de llamar la atención tanto de
los gobernantes del país de la Desigualdad
como de los estudiantes, educadores y padres de familia del colegio Sintético.
Reza el informe del Ministerio de Educación del país de
la Desigualdad, que en el colegio Sintético, en la Educación Secundaria (¿cuál
ciclo 3 y cuál Ciclo 4?), el Progreso en el Índice Sintético de Calidad
Educativa a 2015 se colocó en 0,44; el Desempeño se ubicó en 2,14; la
Eficiencia 0,64 y el Ambiente Escolar en 0,73, alcanzando un puntaje de 3,98
frente a 4,93 a nivel nacional y a 5,74 en la entidad territorial. Progreso y
Desempeño tiene una asignación de 40 cada uno, los otros dos 10 y 10.
En lo atinente a la Educación Media, el Progreso
alcanzado fue de 0,79; el Desempeño 2,16; la Eficiencia 1,67 y en Ambiente
Escolar no se respondió, consiguiendo un puntaje de 4,64 frente a 5,57 del
promedio nacional y 6,48 del Distrito. En la Primaria el Progreso llegó a 0.06;
el Desempeño 2,18; la Eficiencia 0,85 y el Ambiente Escolar, 0,75, para un
puntaje conquistado de 3,85 frente a 5,07 del nivel nacional y 5,82 Distrital.
A 2016, los datos se presentan de la siguiente manera: en
Primaria (¿Cuál Ciclo 2, cuál Ciclo 3?) el Progreso llegó a 0.69%; el Desempeño
2,30%; la Eficiencia 0,98% y el Ambiente Escolar: 0,73, para un puntaje de 4,72
frente a ,5,72% del nivel nacional y 6,31 Distrital. La Educación Media (¿Cuál
Ciclo 5?), el Progreso conseguido fue de 0,00; el Desempeño 2,14%; la
Eficiencia 1,91 y en Ambiente Escolar no se respondió, agenciando un puntaje de
4,05 frente a 5,89 del promedio nacional y 6,88 del Distrito. Educación Secundaria,
el Progreso, en el Índice Sintético de Calidad Educativa a 2015, se colocó en
0,00; el Desempeño se ubicó en 2,02; la Eficiencia 0,93 y el Ambiente Escolar
en 0,75, alcanzando un puntaje de 3,70 frente a 5,26 a nivel nacional y a 6,03
en la entidad territorial.
La fuente de información, para los resultados
consignados, es la Prueba Saber de 3º, 5º, 9º y 11, sobre Matemáticas y
Lenguaje, correspondientes a los años, 2013 y 2014. Para comprender un poco más
los resultados, podemos detenernos a mirar las deducciones por áreas y grados,
en los niveles: Avanzado, Satisfactorio, Mínimo e Insuficiente, en escala
de 0 a 100. El ejercicio, además de
evidenciar los datos, nos sirve para hipotetizar y prevenir los posibles
efectos en los grados en los años que están por venir; pero en el fondo para
pensar seriamente en un verdadero Plan de Mejoramiento Institucional, más que
en el intento de remediar falencias individuales de unos pocos estudiantes,
falencias que no son más que síntomas de la extrema gravedad del proceso
educativo. No me detengo en los porcentajes de cada nivel, en las áreas
referidas, correspondiente a los grados 3º, 5º, 9º y 11, de 2013 a 2015, y al
cruce de variables, para evitar la fatiga en la lectura.
Todo esto, retornando a la metáfora del equus africanus asinus, para remediar y evitar
que el rendimiento académico en Matemáticas, Lenguaje, Ambiente Escolar y demás
saberes disciplinares caigan al excavación e intenten tapar a al Sintético con terrenos y pedruscos,
mediante la aplicación, verbi gracia, del Decreto 501 del 30 de marzo de 2016,
sobre la implantación de Jornada Única y la punición por la vía de no asignarle
el presupuesto que el colegio Sintético
debería acoger este año y a posteriori si no hacemos lo que debemos hacer como
profesionales de la Educación y la Pedagogía
Los hilos para entrecruzar en el
telar escolar
“La
realidad inteligente, sí señor, apunta Manuel Rivas, en El Lápiz y el Carpintero. Todos soltamos un hilo, como gusanos de
seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera, pero ese hilo, si se
entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una
tela inolvidable” La punta del hilo o la velocidad inicial del mismo, se
origina en la Primera Infancia, pasa por la Primaria, llega a la Secundaria y
culmina, parcialmente, en la Media. Es el viaje de los Ulises, de Troya a
Ítaca, apoyados con sus viajeros en el hilo conductor de la escolarización. El
hilo de la formación que brinda la familia, la hebra de la educación
preescolar, el hilo de la Educación Básica, la fibra de la Educación Media y el
de la universidad, son los hilvanes que deben entrelazarse, en el telar del
sistema educativo, para hacer el tapiz de la escolarización en el colegio Sintético. Con Índice de Calidad y sin
él, la articulación de los subsistemas declarados debe hacerse; esa deuda
histórica no se puede seguir aplazando. No le sigamos echando tierra al équido.
Los
datos que aporta la entidad nacional y la territorial, nos están indicando un
laberinto del cual debemos salir con nuestro propio hilo. Nosotros, que yacemos
como los lotófagos, somos quienes sabemos cómo hacerlo. Al parecer, le hemos
puesto mucha atención a los Cantos de Sirena del Ministerio y de la SED, nos
hemos embriagado y hemos caído en la concavidad, en un galimatías, en el hueco
donde está el Minotauro; hemos abandonado los remos de la embarcación dejando
que los aires de la política educativa, que están en el odre saque del contexto
a nuestra embarcación. Según los datos, hemos naufragado en Matemáticas,
Lenguaje y Ambiente Escolar, al chocar con el iceberg del Índice Sintético de
Calidad Educativa. En la lógica del MEN, las hebras están débiles,
particularmente el Avanzado y el Satisfactorio en 3º, 5º, 9º y 11; ahí
requerimos potenciar las cañutillos, sobre todo en Preescolar y Primaria, haciendo hifología, como diría Roland
Barthes. Así el tapiz aguantará los avatares de la Secundaria, superando ese
deshonroso 0.00%, del nivel Avanzado en Matemáticas y Lenguaje, en el año 2015,
en las pruebas Saber de grado 9º y liberando, hacia los primeros puestos, en
las Pruebas Saber 11, ese 51% de alumnos que se remontaron a los últimos
lugares, en la Pruebas Saber 11, en el 2015.
En
mi opinión, los maestros de Colombia, en altamar, abrimos el odre de la piel de
toro que ha guardado las políticas educativas, creyendo que ahí venían los
buenos vientos para mejorar la educación, pero hoy vemos que no ha sido así,
nos sentimos resfriados. Hoy estamos metidos en la tormenta desatada por ese
regalo que el Eole del Banco Mundial y la OCDE le han enviado al Odiseo
colombiano jurando que lo está ayudando. En la analogía con Pandora, flotaron
todos los males en los informes 2013, 2014 y 2015, pero nos queda la Esperanza,
que se halla en el fondo de la tinaja; o, si se quiere, en el hoyo, volviendo a
la leyenda del rucio. Ahí está la fuerza centrífuga, la energía, en términos de
la Física Cuántica, ahí está Ariadna auxiliando a Teseo para salir de la crepúsculo,
la fuerza encarnada en el asno que nos saltará encima de los terrones, para
ayudarnos a abandonar el centro del hueco, del fondo de la tinaja, a salir, a
que no nos entierren vivos como educación pública.
En
el mensaje bíblico del profeta Balaam, es su propia burra la que ve al ángel de
Dios y le avisa al profeta sobre la inconveniencia de hacer ese camino
propuesto por el rey Moab, quien teme ser invadido por Israel. En nuestra
historia, es el cuadrúpedo el que le comunica al campesino, mediante su propio
lenguaje, que no lo entierre, que tiene derecho a seguir viviendo. Los
resultados del colegio Sintético, gústenos
o no, démosle el epíteto que le demos, de una u otra manera, nos están diciendo,
desde afuera, que estamos en un hoyo y que requerimos salir del mismo, que el
camino escogido no es el soñado, que hemos tenido miedo ser nosotros mismos
como pedagogos y pedagogas, que no hemos confiado en nuestra experiencia como
educadores y en nuestros saberes, que nos dejamos invadir por una políticas
educativas que hoy tienen al Sintético
en el ojo del huracán, disputando el primero, el segundo o el tercer lugar de la cola. Tal como le acontece a Colombia
en varias evaluaciones internacionales. Todo, por arroparnos con la manta del
“miedo al poderoso y a nosotros mismos”, como le dijese Don Quijote a Sancho.
Apuntes de un ignorante
de la matemática
En el Distrito y en Colombia, con el Movimiento
Pedagógico, en el decenio del 1980, el magisterio ha venido replanteando los
métodos pedagógicos y las didácticas en la enseñanza de las Matemáticas, el
Lenguaje, las ciencias y las artes. Mas concretamente, a finales de del siglo
XX, con las reformas curriculares y con los aportes de investigadores en esos
campos, la enseñanza y la evaluación han sufrido transformaciones con
excelentes resultados en las escuelas y colegios que han cogido en serio los
cambios. Se han tomado como principios rectores, el de una matemática amplia,
profunda y abierta a los estudiantes, que permite abordar diversidad de
situaciones problemáticas; una matemática que potencie el desarrollo permanente
del estudiante a cambio de debilitarlo, que coloque el acento en el proceso de
hacer matemática más que de considerar el conocimiento matemático como un
producto terminado que se transmite con frivolidad.
Al revisar someramente la información que aparece en
internet y en documentos impresos se percibe que, los legajos de muchos países
incluido Desigualdad, se recalca en
una matemática como resolución de problemas de la cotidianidad, de la ciencia y
de problemas construidos por los mismos estudiantes. Una matemática en la que
el razonamiento y no la repetición, ni la escribanía de formulas sean la médula
espinal del corpus curricular; una matemática que se vivencie como comunicación
y como lenguaje. En esta lógica de enseñanza, la evaluación responde a la
aplicación del conocimiento matemático, por parte del estudiante, en
situaciones propias del diario vivir y en el aprendizaje de las otras
asignaturas del currículo formal, el Plan de Estudios, de los proyectos y el
currículo oculto.
Colegir, que durante los tres últimos años, el nivel de
Insuficiencia mas el nivel Mínimo estén en 94% como promedio, significa, en la
interpretaciones que aporta el Icfes, que nuestros aprendientes solamente
resuelven situaciones con el conocimiento matemático, más no con el Saber-hacer, menos con el Saber- hacer en contexto y mucho menos más allá del Saber hacer en contexto, es
decir en problemas complejos. Y, deducir que el nivel Avanzado en Matemáticas
se mantenga en 0.00%, durante los años 2013, 2014 y 2015, significa, según el
Icfes, que los estudiantes salen del colegio incompetentes para resolver
problemas en el Saber-hacer, en el Saber-hacer en contexto y en el Saber-hacer, más allá del contexto. “Es
a través de la solución de situaciones y problemas como el estudiante
desarrolla competencias no formales sobre las matemáticas”, apunta la profesora
Myriam Acevedo Caicedo (2000, 143).
El Ambiente Escolar, que también evalúa el Icfes y el
índice Sintético de Calidad, en 3º, 5º y 9º, para el caso de la enseñanza de la
matemática, para su dominio y significado, exige un determinado enfoque de la
enseñanza, en el que se instituya una atmósfera que, retomando otra vez a la
profesora Acevedo, “anime a los estudiantes a explorar, verificar, buscar
sentido de la actividad matemática y, fundamentalmente, seleccionar actividades
que impliquen a los estudiantes de forma interactiva”, adverso a sacarlos de
clases e impedirles su ingreso, transgrediendo normas legales, dicho sea de
paso. Esta perspectiva se contrapone, en palabras del profesor Fabio Jurado
(2000, 89), a ese “concepto de educación anquilosado en las cuadrículas o
formatos del conductismo, es decir, la educación asumida en términos de
asimilaciones instruccionales, en una relación de amo/esclavo, y no como el
lugar de la confrontación abierta, de la diferencia y de los asombros a los que
conlleva el conocimiento y la relación interactiva con los otros”. Con prácticas así, le damos toda la razón a
quienes intiman que “aquí no hay ningún modelo pedagógico Crítico”, tampoco se
evidencian el Cognitivismo piagetiano ni vigotskiano, no se visualiza el
Constructivismo moderado o radical, la Pedagogía Activa no se deja avizorar; y
¿qué decir de la fantasmagórica Reflexión
Acción Participativa y de los improvisados Centros de Interés de Ovide Decroly?
Los profesores de la Universidad Nacional de Colombia
(2000, 147), que comenzaron, en los albores de este siglo, con la evaluación de
competencias en el Distrito Capital, en lo atinente a los logros y a sus
respectivos indicadores, sostienen que “han disfrazado simplemente énfasis y
prácticas evaluativas tradicionales…Expresiones como “utiliza
significativamente distintos contextos…identifica en objetos de su entorno…formula
y resuelve problemas…representa y analiza…, develan que la fundamentación
teórica acoge como campo de referencia los aportes de la investigación actual
en educación matemática, que desafortunadamente no han sido asumidos por los
docentes”.
En los lineamientos del MEN (1998), sobre matemáticas, se
puede leer: “El conocimiento matemático escolar asumido como un conocimiento
estático y acotado, centrado en dominios de hechos y tareas, ha originado un
empobrecimiento de éste….al limitar dicho conocimiento a la ejecución mecánica
de tareas se niega la oportunidad al estudiante para crear, conjeturar,
argumentar, significar en variados contextos y tantos más aspectos que una
visión amplia de las matemáticas permite contemplar…”
Más allá de la critica, exhortan a los profesores del
área a potenciar al estudiante para aplicar su conocimiento en la resolución de
problemas, debe desarrollar habilidades para usar el lenguaje matemático y
comunicar ideas, razonar y analizar, cuestionarse, interpretar críticamente,
tomar decisiones”. En síntesis, la competencia en matemáticas supone la
comprensión significativa en las aulas de los distintos dominios conceptuales y
no simplemente la instrumentalización de un esquemático listado de conceptos y
procedimientos aislados”. La matemática debe potencializar la competencia comunicativa
en el discurso y en la praxis. Si Paulo Freire existiese, le diría, desde la
Educación popular, a los profesores que siguen enseñando las matemáticas de
manera tradicional que ese modelo de educador
“tiene que morir como educador”, para que el alumno de la matemática pueda
nacer como aprendiente y como enseñante.
Un breve apunte
sobre el lenguaje
El promedio en los años 2013, 2014 y 2015, en lenguaje,
en los niveles Mínimo e Insuficiente, se sitúa por encima del 80%. El nivel
Avanzado en 2013 fue de 0.00%, en 2014 fue de 1% y en 2015 fue de 0.00%. Sumados
y promediados los tres últimos años, en lenguaje, apenas se llega al 19.6% en
el nivel Satisfactorio, con el agravante de que en 2015 el nivel Avanzado se
mantuvo en 0 %, el Satisfactorio disminuyó a 17%, pero esa disminución ensanchó
el Mínimo a 59% y al Insuficiente a 24%. Estaos serán los bachilleres 2017, con
un nivel Avanzado y Satisfactorio en 17% y de Insuficiencia más Mínimo 83%,
superando negativamente las dos promociones.
De
manera parecida, la postura expuesta sobre las matemáticas la comparten quienes
le apuestan a la enseñanza del lenguaje desde una óptica distinta a la
tradicional, al conductismo pauloviano y skineriano. El cognitivismo y los
constructivismos de Piaget, Vygotsky, el
de Humberto Maturana, han sido las fuentes más suculentas de donde ha manado el
nuevo método de enseñanza y aprendizaje de la lectura, la oralidad y la
escritura. Emilia Ferreiro, Ana Teberosky, Carretero, Porlán y Fabio Jurado,
aportan otros elementos para ayudarnos a comprender quizá, parte de la
etiología de los resultados del colegio Sintético
en Lenguaje y Matemáticas y por esa vía, las demás asignaturas.
Ferreiro
(2012), una de las principales investigadoras y pionera en la implementación
del constructivismo en la alfabetización, la enseñanza y en el aprendizaje de
la lectura y la escritura en América, precisa: “nuestra escuela pública,
gratuita y obligatoria, esa gran utopía del siglo XIX, está en los países
periféricos, cada vez más empobrecida, desactualizada y con maestros mal
capacitados y peor pagados...nadie se atreve a plantear abiertamente el grado
de analfabetismo de los maestros y de sus alumnos, la incapacidad para pasar de
El libro a los libros, sin hablar de las redes informáticas y otras lindezas
similares".
A
su turno, el profesor Jurado, citado en un párrafo anterior, en la propuesta de
la evaluación de competencias asumida por la U. Nacional, en el Distrito, en
concordancia con Emilia Ferreiro, se oponen a ese tipo de escuela “que se ancla
en el autoritarismo y en el carácter terminal de sus estrategias (contenidos en
comportamientos fijos, exámenes puntuales con calificaciones numéricas,
estigmatización de los estudiantes –desatentos y perezosos- y clasificación
entre excelentes, regulares y deficientes …), corresponde a una escuela monológica, pues hay una única voz –la
de la autoridad- que permea todas las relaciones y, congruente con ello,
prevalece la imagen según la cual el conocimiento ya está dado y hay que
saberlo tomar (de los libros, del ordenador o de lo que se dictó en clase) y
mostrarlo a través del examen.”
Julián
De Zubiría, coautor de la Pedagogía Conceptual y de la Teoría de las Seis
Lecturas y los Mentefactos, al referirse a los resultados obtenidos por
nuestros estudiantes, en las pruebas nacionales, muestra un espectro más grave.
Entre los egresados de la educación media en 2014, menos del 1% llega a un
nivel alto en argumentación y lenguaje, y menos del 2% alcanza ese nivel en
competencias interpretativas. "Aprender una lengua es aprender una lógica
y una manera de pensar, de organizar y de comunicar ideas. De lo cual se colige
que todos los esfuerzos para que los estudiantes de los colegios públicos
dominen una segunda lengua fracasarán mientras no se trabaje de manera adecuada
la relación pensamiento-lenguaje."
En
cuanto a la convivencia, cerca del 60% de los estudiantes de 5º y 9º grado
expresan, en las pruebas de competencias ciudadanas, que no sienten pesar
cuando han maltratado a otras personas. Relacionando la lectura y la escritura
con la convivencia, puede sostenerse que no es posible apostarle a una
democracia, al postconflicto sin hacer los esfuerzos necesarios para acrecentar
el número de lectores plenos -que a la fecha, Bogotá, no supera 2.7 libros por
persona, incluyendo textos escolares- con sentido, "no descifradores"
ni “escribanos”, evocando a Ferreiro.
La
conclusión a que llega el profesor de Zubiría es: "la educación es
demasiado importante en una sociedad para que los políticos sigan tomando las
decisiones principales, ya que cuando las toman, suelen defender sus intereses
y no los de la nación." En este sentido, los conocimientos que se han
obtenido, mediante investigaciones críticas, acerca la educación colombiana,
conducen a afirmar que nuestros educandos "deberían desarrollar altos
niveles de pensamiento, competencias comunicativas y competencias ciudadanas.
Todo lo demás es impertinente frente a estas prioridades. Por eso se llama
educación básica."
Hoy
sabemos que en Colombia estamos muy lejos de tenerlo, apunta el referido
investigador, "y no lo estamos logrando porque nos hemos equivocado al
querer alcanzar otros fines menos pertinentes. Uno de esos fines es esperar que
quienes todavía no dominan las competencias básicas y transversales para
pensar, comunicarnos y convivir", logren dominar una segunda lengua, verbi
gracia. Parafraseando a Frank Smith, las políticas educativas, en Desigualdad, le
siguen apostado al caballo equivocado. El Día E, y las que enumera Fecode en la
circular 9, son los ejemplos más recientes. ¿Nosotros a que caballos le
estamos apostando en nuestro hipódromo?
Un pesimista es
un optimista bien informado
Culmino esta reflexión, iniciada con la analogía del
asno, continuada con el hilo y con las
enseñanzas de un abuelo al nieto, alrededor del lápiz y con los someros apuntes
sobre lenguaje y matemáticas. Pareciera que el panorama es de mucho pesimismo,
pero no. El informe interpela nuestras esperanzas, dentro de esta pesadilla y
nos remite a la fuerza centrífuga que tenemos acumulada, para salir del hoyo,
del laberinto y del fondo de la tinaja de Pandora, para sorprender al
campesino, al Minotauro, a la ciudad y al país.
Parte de esa fuerza centrífuga fue puesta en escena, por
los maestros y maestras del Sintético, cuando se dio inicio a las pruebas
Saber. Con los salones cerrados impedimos el acceso de los aplicadores, unos
ingenuos estudiantes de la U. Nacional que el MEN había contratado. Ese fue un
ejercicio de la Desobediencia Civil. El segundo, tuvo que ver con la
resistencia a la implementación de la Jornada Única, a finales de 1990, con un
estimulo salarial tentador y negociada. Gracias a esa Desobediencia Civil, hoy
la sede X tiene jornada tarde, porque los maestros de ese entonces la creamos
con tutelas, con el apoyo de la comunidad y contra la competencia del primer
colegio en concesión de la localidad. Luego, la sede Principal se fortalecería
en la tarde con el traslado de la secundaria de la X tarde y se ampliaría la el
preescolar, la primaria y la Aceleración en la sede X. Y, el tercer momento de
expresión de esa fuerza centrífuga la articulamos contra la evaluación impuesta
por Andrés Pastrana y su ministro Bula: unos maestros rompimos los formularios,
otros no asistimos a la convocatoria y hubo quienes devolvieron el formulario
sin diligenciar. Así derrotamos una evaluación que excluía a los maestros por
la vía de la Campana de Gauss.
El proceso educativo entonces, en el colegio Sintético, puede verse como un lápiz,
puesto en muy buenas manos; pero de acuerdo con el iceberg del MEN, con el que
hemos colisionado, hay algo que está entorpeciendo la producción de unos trazos
Avanzados y Satisfactorios en Matemáticas, Lenguaje y Ambiente Escolar. ¿Dónde
está la dificultad? Encontrarla, como Ariadna halló a Teseo para guiarlo, es el
paso a seguir para salir del laberinto o si se quiere del hoyo. Este hallazgo,
por supuesto, no es de mucho agrado, porque se trata, en el símil del lápiz, de
sacarle punta al mismo; es decir, someterlo a un acto que nos posibilitará
escribir mejor, dejar huellas claras y legibles. En los integrantes de la
comunidad educativa, sacarle punta al lápiz no es otra cosa que hacer una
autorreflexión acerca de nuestro rol, de lo que estamos haciendo, de cómo lo estamos haciendo y de qué hemos
dejado de hacer, no para el Ministerio ni para la SED, sino para la
escolarización que requiere la comunidad, que demanda la escuela como
territorio de Paz y que merece el país
que soñamos.
La
autorreflexión ética y documentada nos mostrará si hay trazos para borrar o
para reteñir. Para lograrlo, el lápiz tiene esos componentes. La cantidad de
alumnos por curso, por ejemplo, es una delineación de la cual debe ocuparse el
borrador. Los Ambientes Básicos y los Ambientes Complementarios de Aprendizaje,
son otra huella que debe ser visitada por el borrador. Los planes de estudio,
las metodologías, la motivación, las didácticas, la salud, la desnutrición, la
actualización disciplinar, la situación laboral, la insatisfacción de Necesidades
Básicas, el mínimo vital, las violencias, la reconfiguración familiar, la
desesperanza aprendida y un largo etcétera de factores, probablemente son
huellas que deben revisarse, insisto, no para rendirle cuentas a la entidad
territorial o al MEN sino a nosotros mismos, para tener en cuenta en el Plan de
Mejoramiento.
Pero lo que literalmente
importa en el lápiz no es la madera, ni su forma exterior, sino el grafito que
hay adentro. Ese grafito es la capacidad mental, emocional y deóntica de cada
niño, de cada docente, de cada directivo, de cada padre o madre de familia. Un
grafito que no está siendo bien usado y por eso los rastros que hoy nos
muestran desde los extramuros. Huellas que nosotros mismos dejamos trazar al
permitir que agentes externos ingresen a nuestras aulas, evalúen a nuestros
estudiantes y por esa vía muestren unos datos, que seguramente no se
corresponden con la realidad, sin desconocer que si hay mucho por mejorar. Si
le permitiésemos a nuestros estudiantes dibujar, con el lápiz de sus sentimientos
y de su inteligencia, el rostro de nuestras falencias y entonar el trino de
nuestras virtudes, sin duda que otras páginas educativas seguiremos escribiendo,
no solamente en Matemáticas, Lenguaje, Ambiente Escolar, sino en todas las
asignaturas y proyectos. No tengamos miedo de hacerlo, déjenos que ellos asuman
el rol de Teseo, para que todos podamos llevar el hilo de la penumbra a la
azotea. "Todo lo que se le enseña a un niño se le impide inventarlo",
decía Piaget.
Le coloco el cerrojo a esta
reflexión parafraseando a Serrat: Y póngase el calcetín, colega mía, “y véngase a cocinar el nuevo día.
Todo esta listo, el agua, el sol y el barro, pero si falta usted no habrá
milagro”.
Algunas
fuentes consultadas.
Ferreiro, E. (2012) Pasado y
presente de los verbos leer y escribir. Buenos Aires, FCE.
Begoya Maldonado, D. et al
(2000) Competencias y proyecto Pedagógico. Bogotá DC, U. Nacional de Colombia.
Ministerio de Educación
Nacional (1998). Lineamientos curriculares. Santa Fe de Bogotá, Colombia.
José Israel González Blanco
Bogotá DC, abril 12 de 2016