domingo, 24 de abril de 2016

Del laberinto a la azotea en el Día E...

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Matemáticas y Lenguaje:
De la penumbra a la azotea en el colegio Sintético. 

Ya pasó el alboroto por el Día E. Los educadores hicimos lo que la conciencia nos indicó hacer; hubo quienes obedecieron ciegamente al mayoral y no faltaron quienes se hicieron los de la vista abotagada. En menos de 300 días volverá otra vez el ventarrón a destejar los ranchos, mostrando nuevamente las penurias a las que nos han llevado los gobernantes de turno, de un país llamado Desigualdad. La situación del denominado país y la de uno de los tantos colegios destechados: Sintético, se parece mucho a la historia de un jumento que cae en un hoyo y la actitud de su mayordomo fue dejarlo en el foso y taparlo con terrones, auxiliado con el vecindario. Lo que el mayordomo no previó fue la salida del rucio, a través de su propio ímpetu, la fuerza centrífuga, apoyado en los pedazos de gleba que caían sobre su cuerpo.  

A un buen número de colegios, sobre todo estatales, nos entregaron unos desalentadores resultados. Literalmente nos ubicaron dentro de un hoyo y digo que nos pusieron allí, porque las comunidades educativas nos negamos a aceptar ese es nuestro hábitat. En el hueco está Colombia, así nos lo hacen ver los foráneos, porque quienes gobiernan juran que los nacionales estamos muy bien. A Colombia la han llevado al hoyo los gobernantes que hemos tenido y tenemos, allí nos quieren sepultar   lanzándonos terrones como los impuestos elevados, la negación de los Derechos Humanos, la pobreza y la destrucción de la naturaleza. La Colombia que no ostenta el poder político y económico no es la que ha hecho de Colombia el séptimo país mas desigual del mundo y el segundo de América, ni uno de los más violentos del planeta, ni el que ocupa uno de los primeros lugares de la cola en las Pruebas Pisa. No, eso lo ha hecho la minoría capitalista.
  
Los colegios, con bajos índices de calidad, no han buscado esa calificación, los gobiernos de turno, desde hace décadas y centurias, han lanzado al socavón a esas comunidades educativas desasignándoles los presupuestos requeridos, hacinando a los estudiantes, dejando que los Ambientes Básicos y Complementarios de Aprendizaje se deterioren, imponiendo unas políticas educativas fuera de contexto, no garantizando plenamente del Derecho a la Educación, pagando mal a los docentes, sobrecargando laboralmente a los directivos docentes y a los maestros, entre otras situaciones.
         
Dicho lo anterior, invito a los lectores a que me acompañen en una primera reflexión acerca de los resultados del colegio Sintético en el país de la Desigualdad alrededor de los resultados de las Pruebas Saber en Matemáticas, Lenguaje y en Ambiente escolar, en los grados 3º, 7º, 9º y 11, con el sano propósito de llamar la atención tanto de los gobernantes del país de la Desigualdad como de los estudiantes, educadores y padres de familia del colegio Sintético. 

Reza el informe del Ministerio de Educación del país de la Desigualdad, que en el colegio Sintético, en la Educación Secundaria (¿cuál ciclo 3 y cuál Ciclo 4?), el Progreso en el Índice Sintético de Calidad Educativa a 2015 se colocó en 0,44; el Desempeño se ubicó en 2,14; la Eficiencia 0,64 y el Ambiente Escolar en 0,73, alcanzando un puntaje de 3,98 frente a 4,93 a nivel nacional y a 5,74 en la entidad territorial. Progreso y Desempeño tiene una asignación de 40 cada uno, los otros dos 10 y 10.  

En lo atinente a la Educación Media, el Progreso alcanzado fue de 0,79; el Desempeño 2,16; la Eficiencia 1,67 y en Ambiente Escolar no se respondió, consiguiendo un puntaje de 4,64 frente a 5,57 del promedio nacional y 6,48 del Distrito. En la Primaria el Progreso llegó a 0.06; el Desempeño 2,18; la Eficiencia 0,85 y el Ambiente Escolar, 0,75, para un puntaje conquistado de 3,85 frente a 5,07 del nivel nacional y 5,82 Distrital.

A 2016, los datos se presentan de la siguiente manera: en Primaria (¿Cuál Ciclo 2, cuál Ciclo 3?) el Progreso llegó a 0.69%; el Desempeño 2,30%; la Eficiencia 0,98% y el Ambiente Escolar: 0,73, para un puntaje de 4,72 frente a ,5,72% del nivel nacional y 6,31 Distrital. La Educación Media (¿Cuál Ciclo 5?), el Progreso conseguido fue de 0,00; el Desempeño 2,14%; la Eficiencia 1,91 y en Ambiente Escolar no se respondió, agenciando un puntaje de 4,05 frente a 5,89 del promedio nacional y 6,88 del Distrito. Educación Secundaria, el Progreso, en el Índice Sintético de Calidad Educativa a 2015, se colocó en 0,00; el Desempeño se ubicó en 2,02; la Eficiencia 0,93 y el Ambiente Escolar en 0,75, alcanzando un puntaje de 3,70 frente a 5,26 a nivel nacional y a 6,03 en la entidad territorial. 

La fuente de información, para los resultados consignados, es la Prueba Saber de 3º, 5º, 9º y 11, sobre Matemáticas y Lenguaje, correspondientes a los años, 2013 y 2014. Para comprender un poco más los resultados, podemos detenernos a mirar las deducciones por áreas y grados, en los niveles: Avanzado, Satisfactorio, Mínimo e Insuficiente, en escala de  0 a 100. El ejercicio, además de evidenciar los datos, nos sirve para hipotetizar y prevenir los posibles efectos en los grados en los años que están por venir; pero en el fondo para pensar seriamente en un verdadero Plan de Mejoramiento Institucional, más que en el intento de remediar falencias individuales de unos pocos estudiantes, falencias que no son más que síntomas de la extrema gravedad del proceso educativo. No me detengo en los porcentajes de cada nivel, en las áreas referidas, correspondiente a los grados 3º, 5º, 9º y 11, de 2013 a 2015, y al cruce de variables, para evitar la fatiga en la lectura.

Todo esto, retornando a la metáfora del equus africanus asinus, para remediar y evitar que el rendimiento académico en Matemáticas, Lenguaje, Ambiente Escolar y demás saberes disciplinares caigan al excavación e intenten tapar a al Sintético con terrenos y pedruscos, mediante la aplicación, verbi gracia, del Decreto 501 del 30 de marzo de 2016, sobre la implantación de Jornada Única y la punición por la vía de no asignarle el presupuesto que el colegio Sintético debería acoger este año y a posteriori si no hacemos lo que debemos hacer como profesionales de la Educación y la Pedagogía        
Los hilos para entrecruzar en el telar escolar

“La realidad inteligente, sí señor, apunta Manuel Rivas, en El Lápiz y el Carpintero. Todos soltamos un hilo, como gusanos de seda. Roemos y nos disputamos las hojas de morera, pero ese hilo, si se entrecruza con otros, si se entrelaza, puede hacer un hermoso tapiz, una tela inolvidable” La punta del hilo o la velocidad inicial del mismo, se origina en la Primera Infancia, pasa por la Primaria, llega a la Secundaria y culmina, parcialmente, en la Media. Es el viaje de los Ulises, de Troya a Ítaca, apoyados con sus viajeros en el hilo conductor de la escolarización. El hilo de la formación que brinda la familia, la hebra de la educación preescolar, el hilo de la Educación Básica, la fibra de la Educación Media y el de la universidad, son los hilvanes que deben entrelazarse, en el telar del sistema educativo, para hacer el tapiz de la escolarización en el colegio Sintético. Con Índice de Calidad y sin él, la articulación de los subsistemas declarados debe hacerse; esa deuda histórica no se puede seguir aplazando. No le sigamos echando tierra al équido.

Los datos que aporta la entidad nacional y la territorial, nos están indicando un laberinto del cual debemos salir con nuestro propio hilo. Nosotros, que yacemos como los lotófagos, somos quienes sabemos cómo hacerlo. Al parecer, le hemos puesto mucha atención a los Cantos de Sirena del Ministerio y de la SED, nos hemos embriagado y hemos caído en la concavidad, en un galimatías, en el hueco donde está el Minotauro; hemos abandonado los remos de la embarcación dejando que los aires de la política educativa, que están en el odre saque del contexto a nuestra embarcación. Según los datos, hemos naufragado en Matemáticas, Lenguaje y Ambiente Escolar, al chocar con el iceberg del Índice Sintético de Calidad Educativa. En la lógica del MEN, las hebras están débiles, particularmente el Avanzado y el Satisfactorio en 3º, 5º, 9º y 11; ahí requerimos potenciar las cañutillos, sobre todo en Preescolar y Primaria,  haciendo hifología, como diría Roland Barthes. Así el tapiz aguantará los avatares de la Secundaria, superando ese deshonroso 0.00%, del nivel Avanzado en Matemáticas y Lenguaje, en el año 2015, en las pruebas Saber de grado 9º y liberando, hacia los primeros puestos, en las Pruebas Saber 11, ese 51% de alumnos que se remontaron a los últimos lugares, en la Pruebas Saber 11, en el 2015.

En mi opinión, los maestros de Colombia, en altamar, abrimos el odre de la piel de toro que ha guardado las políticas educativas, creyendo que ahí venían los buenos vientos para mejorar la educación, pero hoy vemos que no ha sido así, nos sentimos resfriados. Hoy estamos metidos en la tormenta desatada por ese regalo que el Eole del Banco Mundial y la OCDE le han enviado al Odiseo colombiano jurando que lo está ayudando. En la analogía con Pandora, flotaron todos los males en los informes 2013, 2014 y 2015, pero nos queda la Esperanza, que se halla en el fondo de la tinaja; o, si se quiere, en el hoyo, volviendo a la leyenda del rucio. Ahí está la fuerza centrífuga, la energía, en términos de la Física Cuántica, ahí está Ariadna auxiliando a Teseo para salir de la crepúsculo, la fuerza encarnada en el asno que nos saltará encima de los terrones, para ayudarnos a abandonar el centro del hueco, del fondo de la tinaja, a salir, a que no nos entierren vivos como educación pública.

En el mensaje bíblico del profeta Balaam, es su propia burra la que ve al ángel de Dios y le avisa al profeta sobre la inconveniencia de hacer ese camino propuesto por el rey Moab, quien teme ser invadido por Israel. En nuestra historia, es el cuadrúpedo el que le comunica al campesino, mediante su propio lenguaje, que no lo entierre, que tiene derecho a seguir viviendo. Los resultados del colegio Sintético, gústenos o no, démosle el epíteto que le demos, de una u otra manera, nos están diciendo, desde afuera, que estamos en un hoyo y que requerimos salir del mismo, que el camino escogido no es el soñado, que hemos tenido miedo ser nosotros mismos como pedagogos y pedagogas, que no hemos confiado en nuestra experiencia como educadores y en nuestros saberes, que nos dejamos invadir por una políticas educativas que hoy tienen al Sintético en el ojo del huracán, disputando el primero, el segundo o el tercer lugar  de la cola. Tal como le acontece a Colombia en varias evaluaciones internacionales. Todo, por arroparnos con la manta del “miedo al poderoso y a nosotros mismos”, como le dijese Don Quijote a Sancho.

Apuntes de un ignorante de la matemática

En el Distrito y en Colombia, con el Movimiento Pedagógico, en el decenio del 1980, el magisterio ha venido replanteando los métodos pedagógicos y las didácticas en la enseñanza de las Matemáticas, el Lenguaje, las ciencias y las artes. Mas concretamente, a finales de del siglo XX, con las reformas curriculares y con los aportes de investigadores en esos campos, la enseñanza y la evaluación han sufrido transformaciones con excelentes resultados en las escuelas y colegios que han cogido en serio los cambios. Se han tomado como principios rectores, el de una matemática amplia, profunda y abierta a los estudiantes, que permite abordar diversidad de situaciones problemáticas; una matemática que potencie el desarrollo permanente del estudiante a cambio de debilitarlo, que coloque el acento en el proceso de hacer matemática más que de considerar el conocimiento matemático como un producto terminado que se transmite con frivolidad.

Al revisar someramente la información que aparece en internet y en documentos impresos se percibe que, los legajos de muchos países incluido Desigualdad, se recalca en una matemática como resolución de problemas de la cotidianidad, de la ciencia y de problemas construidos por los mismos estudiantes. Una matemática en la que el razonamiento y no la repetición, ni la escribanía de formulas sean la médula espinal del corpus curricular; una matemática que se vivencie como comunicación y como lenguaje. En esta lógica de enseñanza, la evaluación responde a la aplicación del conocimiento matemático, por parte del estudiante, en situaciones propias del diario vivir y en el aprendizaje de las otras asignaturas del currículo formal, el Plan de Estudios, de los proyectos y el currículo oculto.

Colegir, que durante los tres últimos años, el nivel de Insuficiencia mas el nivel Mínimo estén en 94% como promedio, significa, en la interpretaciones que aporta el Icfes, que nuestros aprendientes solamente resuelven situaciones con el conocimiento matemático, más no con el Saber-hacer, menos con el Saber- hacer en contexto y mucho menos más allá del Saber hacer en contexto, es decir en problemas complejos. Y, deducir que el nivel Avanzado en Matemáticas se mantenga en 0.00%, durante los años 2013, 2014 y 2015, significa, según el Icfes, que los estudiantes salen del colegio incompetentes para resolver problemas en el Saber-hacer, en el Saber-hacer en contexto y en el Saber-hacer, más allá del contexto. “Es a través de la solución de situaciones y problemas como el estudiante desarrolla competencias no formales sobre las matemáticas”, apunta la profesora Myriam Acevedo Caicedo (2000, 143).

El Ambiente Escolar, que también evalúa el Icfes y el índice Sintético de Calidad, en 3º, 5º y 9º, para el caso de la enseñanza de la matemática, para su dominio y significado, exige un determinado enfoque de la enseñanza, en el que se instituya una atmósfera que, retomando otra vez a la profesora Acevedo, “anime a los estudiantes a explorar, verificar, buscar sentido de la actividad matemática y, fundamentalmente, seleccionar actividades que impliquen a los estudiantes de forma interactiva”, adverso a sacarlos de clases e impedirles su ingreso, transgrediendo normas legales, dicho sea de paso. Esta perspectiva se contrapone, en palabras del profesor Fabio Jurado (2000, 89), a ese “concepto de educación anquilosado en las cuadrículas o formatos del conductismo, es decir, la educación asumida en términos de asimilaciones instruccionales, en una relación de amo/esclavo, y no como el lugar de la confrontación abierta, de la diferencia y de los asombros a los que conlleva el conocimiento y la relación interactiva con los otros”.  Con prácticas así, le damos toda la razón a quienes intiman que “aquí no hay ningún modelo pedagógico Crítico”, tampoco se evidencian el Cognitivismo piagetiano ni vigotskiano, no se visualiza el Constructivismo moderado o radical, la Pedagogía Activa no se deja avizorar; y ¿qué decir de la fantasmagórica Reflexión Acción Participativa y de los improvisados Centros de Interés de Ovide Decroly?

Los profesores de la Universidad Nacional de Colombia (2000, 147), que comenzaron, en los albores de este siglo, con la evaluación de competencias en el Distrito Capital, en lo atinente a los logros y a sus respectivos indicadores, sostienen que “han disfrazado simplemente énfasis y prácticas evaluativas tradicionales…Expresiones como “utiliza significativamente distintos contextos…identifica en objetos de su entorno…formula y resuelve problemas…representa y analiza…, develan que la fundamentación teórica acoge como campo de referencia los aportes de la investigación actual en educación matemática, que desafortunadamente no han sido asumidos por los docentes”.
    
En los lineamientos del MEN (1998), sobre matemáticas, se puede leer: “El conocimiento matemático escolar asumido como un conocimiento estático y acotado, centrado en dominios de hechos y tareas, ha originado un empobrecimiento de éste….al limitar dicho conocimiento a la ejecución mecánica de tareas se niega la oportunidad al estudiante para crear, conjeturar, argumentar, significar en variados contextos y tantos más aspectos que una visión amplia de las matemáticas permite contemplar…”

Más allá de la critica, exhortan a los profesores del área a potenciar al estudiante para aplicar su conocimiento en la resolución de problemas, debe desarrollar habilidades para usar el lenguaje matemático y comunicar ideas, razonar y analizar, cuestionarse, interpretar críticamente, tomar decisiones”. En síntesis, la competencia en matemáticas supone la comprensión significativa en las aulas de los distintos dominios conceptuales y no simplemente la instrumentalización de un esquemático listado de conceptos y procedimientos aislados”. La matemática debe potencializar la competencia comunicativa en el discurso y en la praxis. Si Paulo Freire existiese, le diría, desde la Educación popular, a los profesores que siguen enseñando las matemáticas de manera tradicional que ese modelo de educador “tiene que morir como educador”, para que el alumno de la matemática pueda nacer como aprendiente y como enseñante.

Un breve apunte sobre el lenguaje

El promedio en los años 2013, 2014 y 2015, en lenguaje, en los niveles Mínimo e Insuficiente, se sitúa por encima del 80%. El nivel Avanzado en 2013 fue de 0.00%, en 2014 fue de 1% y en 2015 fue de 0.00%. Sumados y promediados los tres últimos años, en lenguaje, apenas se llega al 19.6% en el nivel Satisfactorio, con el agravante de que en 2015 el nivel Avanzado se mantuvo en 0 %, el Satisfactorio disminuyó a 17%, pero esa disminución ensanchó el Mínimo a 59% y al Insuficiente a 24%. Estaos serán los bachilleres 2017, con un nivel Avanzado y Satisfactorio en 17% y de Insuficiencia más Mínimo 83%, superando negativamente las dos promociones.
     
De manera parecida, la postura expuesta sobre las matemáticas la comparten quienes le apuestan a la enseñanza del lenguaje desde una óptica distinta a la tradicional, al conductismo pauloviano y skineriano. El cognitivismo y los constructivismos de Piaget,  Vygotsky, el de Humberto Maturana, han sido las fuentes más suculentas de donde ha manado el nuevo método de enseñanza y aprendizaje de la lectura, la oralidad y la escritura. Emilia Ferreiro, Ana Teberosky, Carretero, Porlán y Fabio Jurado, aportan otros elementos para ayudarnos a comprender quizá, parte de la etiología de los resultados del colegio Sintético en Lenguaje y Matemáticas y por esa vía, las demás asignaturas.

Ferreiro (2012), una de las principales investigadoras y pionera en la implementación del constructivismo en la alfabetización, la enseñanza y en el aprendizaje de la lectura y la escritura en América, precisa: “nuestra escuela pública, gratuita y obligatoria, esa gran utopía del siglo XIX, está en los países periféricos, cada vez más empobrecida, desactualizada y con maestros mal capacitados y peor pagados...nadie se atreve a plantear abiertamente el grado de analfabetismo de los maestros y de sus alumnos, la incapacidad para pasar de El libro a los libros, sin hablar de las redes informáticas y otras lindezas similares".

A su turno, el profesor Jurado, citado en un párrafo anterior, en la propuesta de la evaluación de competencias asumida por la U. Nacional, en el Distrito, en concordancia con Emilia Ferreiro, se oponen a ese tipo de escuela “que se ancla en el autoritarismo y en el carácter terminal de sus estrategias (contenidos en comportamientos fijos, exámenes puntuales con calificaciones numéricas, estigmatización de los estudiantes –desatentos y perezosos- y clasificación entre excelentes, regulares y deficientes …), corresponde a una escuela monológica, pues hay una única voz –la de la autoridad- que permea todas las relaciones y, congruente con ello, prevalece la imagen según la cual el conocimiento ya está dado y hay que saberlo tomar (de los libros, del ordenador o de lo que se dictó en clase) y mostrarlo a través del examen.”

Julián De Zubiría, coautor de la Pedagogía Conceptual y de la Teoría de las Seis Lecturas y los Mentefactos, al referirse a los resultados obtenidos por nuestros estudiantes, en las pruebas nacionales, muestra un espectro más grave. Entre los egresados de la educación media en 2014, menos del 1% llega a un nivel alto en argumentación y lenguaje, y menos del 2% alcanza ese nivel en competencias interpretativas. "Aprender una lengua es aprender una lógica y una manera de pensar, de organizar y de comunicar ideas. De lo cual se colige que todos los esfuerzos para que los estudiantes de los colegios públicos dominen una segunda lengua fracasarán mientras no se trabaje de manera adecuada la relación pensamiento-lenguaje."

En cuanto a la convivencia, cerca del 60% de los estudiantes de 5º y 9º grado expresan, en las pruebas de competencias ciudadanas, que no sienten pesar cuando han maltratado a otras personas. Relacionando la lectura y la escritura con la convivencia, puede sostenerse que no es posible apostarle a una democracia, al postconflicto sin hacer los esfuerzos necesarios para acrecentar el número de lectores plenos -que a la fecha, Bogotá, no supera 2.7 libros por persona, incluyendo textos escolares- con sentido, "no descifradores" ni “escribanos”, evocando a Ferreiro. 
 
La conclusión a que llega el profesor de Zubiría es: "la educación es demasiado importante en una sociedad para que los políticos sigan tomando las decisiones principales, ya que cuando las toman, suelen defender sus intereses y no los de la nación." En este sentido, los conocimientos que se han obtenido, mediante investigaciones críticas, acerca la educación colombiana, conducen a afirmar que nuestros educandos "deberían desarrollar altos niveles de pensamiento, competencias comunicativas y competencias ciudadanas. Todo lo demás es impertinente frente a estas prioridades. Por eso se llama educación básica."

Hoy sabemos que en Colombia estamos muy lejos de tenerlo, apunta el referido investigador, "y no lo estamos logrando porque nos hemos equivocado al querer alcanzar otros fines menos pertinentes. Uno de esos fines es esperar que quienes todavía no dominan las competencias básicas y transversales para pensar, comunicarnos y convivir", logren dominar una segunda lengua, verbi gracia. Parafraseando a Frank Smith, las políticas educativas, en Desigualdad, le siguen apostado al caballo equivocado. El Día E, y las que enumera Fecode en la circular 9, son los ejemplos más recientes. ¿Nosotros a que caballos le estamos apostando en nuestro hipódromo?  

Un pesimista es un optimista bien informado

Culmino esta reflexión, iniciada con la analogía del asno, continuada con el hilo y  con las enseñanzas de un abuelo al nieto, alrededor del lápiz y con los someros apuntes sobre lenguaje y matemáticas. Pareciera que el panorama es de mucho pesimismo, pero no. El informe interpela nuestras esperanzas, dentro de esta pesadilla y nos remite a la fuerza centrífuga que tenemos acumulada, para salir del hoyo, del laberinto y del fondo de la tinaja de Pandora, para sorprender al campesino, al Minotauro, a la ciudad y al país.

Parte de esa fuerza centrífuga fue puesta en escena, por los maestros y maestras del Sintético, cuando se dio inicio a las pruebas Saber. Con los salones cerrados impedimos el acceso de los aplicadores, unos ingenuos estudiantes de la U. Nacional que el MEN había contratado. Ese fue un ejercicio de la Desobediencia Civil. El segundo, tuvo que ver con la resistencia a la implementación de la Jornada Única, a finales de 1990, con un estimulo salarial tentador y negociada. Gracias a esa Desobediencia Civil, hoy la sede X tiene jornada tarde, porque los maestros de ese entonces la creamos con tutelas, con el apoyo de la comunidad y contra la competencia del primer colegio en concesión de la localidad. Luego, la sede Principal se fortalecería en la tarde con el traslado de la secundaria de la X tarde y se ampliaría la el preescolar, la primaria y la Aceleración en la sede X. Y, el tercer momento de expresión de esa fuerza centrífuga la articulamos contra la evaluación impuesta por Andrés Pastrana y su ministro Bula: unos maestros rompimos los formularios, otros no asistimos a la convocatoria y hubo quienes devolvieron el formulario sin diligenciar. Así derrotamos una evaluación que excluía a los maestros por la vía de la Campana de Gauss.    

El proceso educativo entonces, en el colegio Sintético, puede verse como un lápiz, puesto en muy buenas manos; pero de acuerdo con el iceberg del MEN, con el que hemos colisionado, hay algo que está entorpeciendo la producción de unos trazos Avanzados y Satisfactorios en Matemáticas, Lenguaje y Ambiente Escolar. ¿Dónde está la dificultad? Encontrarla, como Ariadna halló a Teseo para guiarlo, es el paso a seguir para salir del laberinto o si se quiere del hoyo. Este hallazgo, por supuesto, no es de mucho agrado, porque se trata, en el símil del lápiz, de sacarle punta al mismo; es decir, someterlo a un acto que nos posibilitará escribir mejor, dejar huellas claras y legibles. En los integrantes de la comunidad educativa, sacarle punta al lápiz no es otra cosa que hacer una autorreflexión acerca de nuestro rol, de lo que estamos haciendo,  de cómo lo estamos haciendo y de qué hemos dejado de hacer, no para el Ministerio ni para la SED, sino para la escolarización que requiere la comunidad, que demanda la escuela como territorio de Paz  y que merece el país que soñamos.

La autorreflexión ética y documentada nos mostrará si hay trazos para borrar o para reteñir. Para lograrlo, el lápiz tiene esos componentes. La cantidad de alumnos por curso, por ejemplo, es una delineación de la cual debe ocuparse el borrador. Los Ambientes Básicos y los Ambientes Complementarios de Aprendizaje, son otra huella que debe ser visitada por el borrador. Los planes de estudio, las metodologías, la motivación, las didácticas, la salud, la desnutrición, la actualización disciplinar, la situación laboral, la insatisfacción de Necesidades Básicas, el mínimo vital, las violencias, la reconfiguración familiar, la desesperanza aprendida y un largo etcétera de factores, probablemente son huellas que deben revisarse, insisto, no para rendirle cuentas a la entidad territorial o al MEN sino a nosotros mismos, para tener en cuenta en el Plan de Mejoramiento.    

Pero lo que literalmente importa en el lápiz no es la madera, ni su forma exterior, sino el grafito que hay adentro. Ese grafito es la capacidad mental, emocional y deóntica de cada niño, de cada docente, de cada directivo, de cada padre o madre de familia. Un grafito que no está siendo bien usado y por eso los rastros que hoy nos muestran desde los extramuros. Huellas que nosotros mismos dejamos trazar al permitir que agentes externos ingresen a nuestras aulas, evalúen a nuestros estudiantes y por esa vía muestren unos datos, que seguramente no se corresponden con la realidad, sin desconocer que si hay mucho por mejorar. Si le permitiésemos a nuestros estudiantes dibujar, con el lápiz de sus sentimientos y de su inteligencia, el rostro de nuestras falencias y entonar el trino de nuestras virtudes, sin duda que otras páginas educativas seguiremos escribiendo, no solamente en Matemáticas, Lenguaje, Ambiente Escolar, sino en todas las asignaturas y proyectos. No tengamos miedo de hacerlo, déjenos que ellos asuman el rol de Teseo, para que todos podamos llevar el hilo de la penumbra a la azotea. "Todo lo que se le enseña a un niño se le impide inventarlo", decía Piaget.

Le coloco el cerrojo a esta reflexión parafraseando a Serrat: Y póngase el calcetín, colega mía, “y véngase a cocinar el nuevo día. Todo esta listo, el agua, el sol y el barro, pero si falta usted no habrá milagro”.

Algunas fuentes consultadas.

Ferreiro, E. (2012) Pasado y presente de los verbos leer y escribir. Buenos Aires, FCE.
Begoya Maldonado, D. et al (2000) Competencias y proyecto Pedagógico. Bogotá DC, U. Nacional de Colombia.
Ministerio de Educación Nacional (1998). Lineamientos curriculares. Santa Fe de Bogotá, Colombia.

José Israel González Blanco

Bogotá DC, abril 12 de 2016

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