La acidez que
produce la reprobación escolar
1 1. La pérdida y la reprobación del año escolar produce acidez emocional.
La acidez es una
sensación de ardor dolorosa en el pecho o en la garganta. La repitencia, de uno
o varios años escolares, es una situación dolorosa que afecta al estudiante
repitente, a la familia y a sus compañeros promocionados sin él o sin ella, entre
otras razones por la desesperanza que se aprende y porque se rompen tejidos
sociales. En los compañeros noveles, provoca empatía o indiferencia. Los docentes
que han definido la improbación sienten que es un acto conveniente, porque están
abogando por la calidad de la educación, desde las calificaciones, premisa
falsa como lo han demostrado cientos de investigaciones en Colombia, en el
continente y en el mundo. En el Estado y en la sociedad, la preocupación
gravita sobre el costo-beneficio que
ello acarrea.
Literalmente, la pérdida de un año produce pirosis en el
niño, en los familiares, en sus amigos y en el docente que es consciente de que
el fracaso escolar es una situación compartida. No solamente fracasa el
educando sino también el educador, el método, el colegio y el sistema educativo.
No se requiere hacer un estado del arte
para revelar que la acidez afecta negativamente la salud física y mental de
quienes la padecen. Nuestros pensamientos y emociones son determinantes a la
hora de estimular los neurotransmisores, para eclosionar ciertas sustancias
que pueden influir en nuestra salud anatómica, síquica y emocional. La
serotonina y la dopamina son dos sustancias que el cerebro libera, cuando
tenemos un estado de felicidad o euforia, verbi gracia, cuando se tienen
triunfos.
El dolor, ocasionado por la pérdida del año escolar o de una
materia, no desencadena dopamina ni serotonina; contrariamente, libera
cortisol, melatonina inútilmente, inhibe la producción de adrenalina y de
endorfinas, porque se está triste, deprimido y con estrés. Si un docente es
consciente de este alto costo en salud que paga un estudiante y su familia, al
reprobar el año, ¿Por qué no acude a otra medida de control de la calidad
educativa? Si no lo ignora, y sabe que la educación es un proceso integral ¿Por
qué toma una decisión tan drástica y poco benéfica para la persona, para la
familia y para la sociedad?
En esta lógica de la semejanza, cuando una persona está aquejada por la
acidez, verbi gracia, por el Helicobacter
pylori, acude a la EPS en busca de alivio. El niño que pierde el año, en una
alta proporción, vuelve al colegio a repetir el grado. Al paciente afectado por
la acidez lo atiende, inicialmente, un médico general, le suministran
medicamentos, le asignan exámenes, le proporcionan una alimentación especial y,
al darle de alta, le hacen sus recomendaciones, quedando con citas de control; todo
esto a manera de protocolo. El niño o niña repitente, en el caso que nos ocupa,
se encuentra con los mismos profesores y directivos, las aula de clase son las
mismas, ya sabe cómo y qué enseña cada profesora del grado que va a repetir,
salvo alguna excepción; no cuenta, como el paciente de la EPS, con medicamentos
académicos que le ayuden a calmar su dolor, no con las sicoterapias para que le
den de alta.
El colegio no tiene planes de contingencia para atender a
los reprobadores, no obstante la cantidad es alarmante. Entonces ¿Para qué
dejarlos? ¿Para darles más de lo mismo? En el hospital, al paciente que llega
se le valora; si ostenta alguna gravedad, que amerite hospitalizarlo o dejarlo
en observación, se le mantiene en sala de espera o se le envía a la sala de
cuidados intensivos, si hay condiciones para atenderlo, de lo contrario se busca
otra alternativa, remitirlo a un hospital de mayor nivel, y en el peor de los casos, ponerlo ad
portas de la muerte, por negligencia. El estudiante que pierde el año y en que reprueba corre el riesgo de pasar de la pirosis académica, sicológica y emocionla al cáncer de la drogadicción y del analfabetismo.
La acidez puesta en cifras.
Los datos de los últimos años del liceo Sintético nos señalan dos tipos de fracaso escolar. Uno, apoyado en
las calificaciones autónomas de los docentes de las áreas obligatorias y
fundamentales, que en adelante denominaré intrínsecas; y, otro, los resultados
de las Pruebas Saber de tercero, noveno
y once, denominémoslas extrínsecas. En el año 2015, en la jornada de la mañana,
en las pruebas intrínsecas, el 30.14% de los estudiantes de grado sexto reprobó
el año. Del 100% de reprobados, solamente uno logró promocionarse a séptimo
grado, cerca de un mes después de que el Consejo Académico hubiese aprobado la
solicitud. En séptimo grado la
reprobación fue del 28%, en octavo de 19.8%, en noveno: 10.6%, en décimo: 21% y
en once, no se gradúo en ceremonia a una estudiante de ascendencia indígena y
desplazada por la violencia, por reprobar una asignatura. Estamos entonces,
frente a la reprobación del 22% aproximadamente, superando 400% el promedio
nacional que está en el 4.9 en Secundaria y 5.53 en Media.
En el informe
del Ministerio de Educación, sobre el colegio Sintético, en la Educación Secundaria, nótese que no alude a los
Ciclos, el Progreso en el Índice Sintético de Calidad Educativa, a 2015, se
colocó en 0,44; el Desempeño se ubicó en 2,14; la Eficiencia 0,64 y el Ambiente
Escolar en 0,73, alcanzando un puntaje de 3,98 frente a 4,93 a nivel nacional y
a 5,74 en la entidad territorial. Progreso y Desempeño, recordemos, tiene una
asignación de 40 cada uno, los otros dos 10 y 10.
En lo
atinente a la Educación Media, el Progreso alcanzado fue de 0,79; el Desempeño
2,16; la Eficiencia 1,67 y en Ambiente Escolar no se respondió, consiguiendo un
puntaje de 4,64 frente a 5,57 del promedio nacional y 6,48 del Distrito. En la
Primaria el Progreso llegó a 0.06; el Desempeño 2,18; la Eficiencia 0,85 y el
Ambiente Escolar, 0,75, para un puntaje conquistado de 3,85 frente a 5,07 del
nivel nacional y 5,82 Distrital.
A
2016, los datos se presentan de la siguiente manera: en Primaria, el Progreso
llegó a 0.69%; el Desempeño 2,30%; la Eficiencia 0,98% y el Ambiente Escolar:
0,73, para un puntaje de 4,72 frente a 5,72% del nivel nacional y 6,31
Distrital. En Educación Media, el Progreso conseguido fue de 0,00; el Desempeño
2,14%; la Eficiencia 1,91 y en Ambiente Escolar no se respondió, conquistando
un puntaje de 4,05 frente a 5,89 del promedio nacional y 6,88 del Distrito. En Educación
Secundaria, el Progreso, en el Índice Sintético de Calidad Educativa, a 2016,
se situó en 0,00; el Desempeño se ubicó en 2,02; la Eficiencia 0,93 y el
Ambiente Escolar en 0,75, adquiriendo un puntaje de 3,70 frente a 5,26 a nivel
nacional y a 6,03 en la entidad territorial.
De lo
anterior, se puede subrayar, para el análisis, que en Primaria, Básica y Media,
la tensión arterial está por debajo del promedio nacional y distrital. Que se dispararon
los leucocitos y se escasearon los eritrocitos; dicho de otro modo, el liceo Sintético está enfermos. En general, los
médicos aseveran que el primer paso para la recuperación de una persona enferma
es reconocer que está enferma. “El primer saber efectivo, es un saber critico…”
sostenía Zuleta (1997, 54). En el caso del liceo Sintético, su cuerpo está con la acidez agitada. Una acrimonia que
se evidencia en la información suministrada por la Prueba Saber de 3º, 5º, 9º y
11, sobre Matemáticas y Lenguaje, correspondientes a los años, 2013, 2014 y
2015.
En
aras de comprender un poco más los estimativos, podemos detenernos a leer los
resultados teniendo en cuenta, en las áreas y grados, los niveles: Avanzado,
Satisfactorio, Mínimo e Insuficiente, en escala de 0 a 100.
Matemáticas y lenguaje grado
tercero.
Matemáticas 3º 2013. Avanzado: 18%, Satisfactorio: 27%,
Mínimo: 31%, Insuficiente: 24%. Estos niños y niñas hoy están cursando 6º
grado. La franja más alta, según los estimativos publicados, se localiza entre Mínimo e Insuficiente con 55%. En Lenguaje,
grado 3º 2013: Avanzado: 8%,
Satisfactorio: 32%, Mínimo: 36%, Insuficiente: 25%. El 40% de los examinados,
que hoy deben estar cursando 6 grado, alcanza los niveles Avanzado y Satisfactorio.
Matemáticas 3º 2014. Avanzado: 11%, Satisfactorio: 24%, Mínimo: 44%,
Insuficiente: 22%. Bajó el Insuficiente de 24% a 22%; el Satisfactorio
descendió de 31% a 24%; el Mínimo se ensanchó de 27% a 44% y el Avanzado pasó
de 18% a 11%. Estos niños y niñas, que vendrán el año entrante a grado 6º,
amplían la franja sumada de Mínimo e Insuficiente a 66%. En Lenguaje, grado 3º 2014 Avanzado: 5%,
Satisfactorio: 28%, Mínimo: 40%, Insuficiente: 27%. En este año hubo desmejora.
De 8% de Avanzado se pasó a 5%; de 32% Satisfactorio baja a 28%; de 36% Mínimo
se pasa a 40% y de 25% Insuficiente se sube a 27%. Estos estudiantes cursarán
6º grado en 2017.
Matemáticas 3º 2015. Avanzado: 17%, Satisfactorio: 31%, Mínimo: 34%,
Insuficiente: 18%. Bajó el Insuficiente de 22% a 18%; el Satisfactorio
descendió de 31% a 24%; el Mínimo se redujo de 44% a 34% y el Avanzado pasó de
11% a 17%. En Lenguaje, 3º 2015: Avanzado:
7%, Satisfactorio: 35%, Mínimo: 36%, Insuficiente: 22%. Estos niños y niñas que
vendrán el año 2018 a grado 6º. Es de destacar que el nivel Avanzado no alcanzó
a llegar a 10 en los tres años. Estos
niños y niñas cursarán, en el año 2018 grado 6º.
Matemáticas y lenguaje grado quinto.
Matemáticas 5º 2013. Avanzado: 9%, Satisfactorio: 21%, Mínimo: 41%, Insuficiente:
29%. Son nuestros estudiantes de grado 8º. Lenguaje
5º 2013: Avanzado: 8%, Satisfactorio: 29%, Mínimo: 48%, Insuficiente: 15%.
Reitero, estamos refiriéndonos a los estudiantes del actual grado 8º.
Matemáticas 5º 2014. Avanzado: 11%, Satisfactorio: 24%, Mínimo: 44%,
Insuficiente: 22%. Son los estudiantes que hoy cursan séptimo grado, quedando
reprobados alrededor de 40 en 2015. Los resultados revelan mejoras, salvo en el
nivel Mínimo que de 41 sube a 44%. Lenguaje 5º 2014. Avanzado: 3%,
Satisfactorio: 18%, Mínimo: 53%, Insuficiente: 26%. Se percibe una desmejora en
todos los niveles, siendo más notorio en Insuficiente. Estamos refiriéndonos a
los estudiantes del actual grado 7º.
Matemáticas 5º 2015. Avanzado: 5%, Satisfactorio: 20%, Mínimo: 36%, Insuficiente:
39%. Son los estudiantes que hoy cursan sexto grado. Los resultados revelan
mejoras, salvo en el nivel Mínimo que de 41 sube a 44%. Al promediar el nivel Avanzado en los tres
años no alcanza a llegar a 9. Lenguaje
5º 2015. Avanzado: 7%, Satisfactorio:
29, Mínimo: 49%, Insuficiente: 16%. Estos niños y niñas cursan grado 6º, este
año. E promedio en lenguaje, en el nivel Avanzado, en los tres años llega a 6%.
Matemáticas y lenguaje grado noveno
grado 9º. Corresponden
a los estudiantes que graduados el año pasado y a los candidatos a ser
graduados en el 2016, respectivamente.
Matemáticas grado Noveno 2013. Avanzado: 0%, Satisfactorio: 5%, Mínimo: 58%, Insuficiente:
37%. ¡Así los certificó el liceo ese año y así llegaron a 11 y los graduó! Con
un 95% de Insuficiencia más Mínimo. Lenguaje
grado Noveno 2013. Avanzado: 0 %, Satisfactorio: 18%, Mínimo: 57%,
Insuficiente: 25%. Al sumar el nivel mínimo con Insuficiente obtenemos 82%.
Matemáticas grado Noveno 2014. Avanzado: 0%, Satisfactorio: 11%,
Mínimo: 60%, Insuficiente: 29%. Estamos frente a los bachilleres 2016 con un
nivel Avanzado y Satisfactorio en 11% y con Insuficiencia más Mínimo 89%, 6%
menos que el año inmediatamente anterior. Lenguaje grado Noveno 2014. Avanzado:
1%, Satisfactorio: 24%, Mínimo: 53%, Insuficiente: 23%. Estamos frente a los
bachilleres 2016, con un nivel Avanzado y Satisfactorio en 25% y de
Insuficiencia Más mínimo 76%, 6% menos que la promoción 2015.
Matemáticas noveno
2015. Avanzado:
0 %, Satisfactorio: 2%, Mínimo: 63%, Insuficiente: 35%. Estamos frente a los
bachilleres 2017, con un nivel Avanzado y Satisfactorio en 2% y de
Insuficiencia más mínimo 98%. Muy, pero
muy preocupante que el nivel Avanzado en Matemáticas se mantenga en 0%, durante
los tres últimos años y el nivel de Insuficiencia mas el nivel Mínimo estén en
94% como promedio. Lenguaje noveno 2015. Avanzado: 0 %, Satisfactorio: 17%, Mínimo:
59%, Insuficiente: 24%. Estamos frente a los bachilleres 2017, con un nivel
Avanzado y Satisfactorio en 17% y de Insuficiencia más Mínimo 83% superando
negativamente las dos promociones anteriores. El promedio en los tres años, en
lenguaje, en los niveles Mínimo e Insuficiente, se coloca por encima del
80%.
Pruebas saber grado once
Prueba Saber 11 2013. El agrupamiento se expresa por puestos ocupados de acuerdo con 5 Quintiles, en escala de 0 a 100. Entre 1-200 colocamos 5% de estudiantes; entre 201 - 400 se colocaron 13% de estudiantes; entre 401-600 hay 21% de estudiantes; entre 601 – 800 colocamos 33 % de estudiantes; entre 801-1000, 25% de estudiantes.
Prueba Saber 11 2014. Entre 1-200 colocamos 3% de estudiantes; entre 201 -400 hay 18% de estudiantes; entre 401-600 está el 31% de estudiantes; entre 601 – 800 se colocaron 27 % de estudiantes; entre 801-1000 el 18% de estudiantes.
Prueba Saber 11 2015.
Entre 1-200 hay
3,3% de estudiantes; entre 201 -400 figuran 17% de estudiantes; entre 401-600 se
colocaron 28% de estudiantes; entre 601-800, 25,5 % de estudiantes; entre
801-1000 el 25,5% de estudiantes.
Colegir,
que durante los tres últimos años, el nivel de Insuficiencia mas el nivel
Mínimo estén en 94% como promedio, significa, en la interpretaciones que aporta
el Icfes, que nuestros aprendientes solamente resuelven situaciones con el
conocimiento matemático, más no con el Saber- hacer, menos con el Saber- hacer
en contexto y mucho menos más allá del Saber hacer en contexto, es decir, en
problemas complejos. Y, deducir que el nivel Avanzado, en Matemáticas, se
mantenga en 0%, durante los años 2013, 2014 y 2015, significa, según el Icfes,
que nuestros estudiantes salen del colegio incompetentes para resolver
problemas en el Saber - hacer, en el Saber - hacer en contexto y en el Saber –
hacer, más allá del contexto. “Es a través de la solución de situaciones y
problemas como el estudiante desarrolla competencias no formales sobre las
matemáticas”, apuntan Acevedo Caicedo & García (2000,143)
¿Cómo comprender mejor los niveles y la competencia del
Ministerio?
No sobra poner un ejemplo sencillo y cotidiano para comprender
mejor el concepto de competencia. Si a un estudiante de grado octavo se le
pregunta: ¿Qué es un condón? Y responde que es un anticonceptivo, se puede
decir que el escolar tiene el saber del objeto, es decir, estamos frente al
primer nivel de la competencia: el saber.
Si al estudiante se le entrega, en el aula de clase, un condón y se le pide
que, en un dispositivo sintético, que representa el órgano genital masculino,
demuestre cómo se usa y él o ella lo pone como es recomendado, estamos frente
al segundo componente de la competencia: saber
hacer. Si no lo demuestra, el educando sigue en el nivel Insuficiente, no alcanza al nivel Mínimo, porque solo sabe qué es pero no
cómo se usa, al menos, como simulación.
Si el estudiante mantiene una relación de noviazgo y en un
escenario emocional alcanza un nivel de excitación tal que, sin mediar palabras
o mediando con ellas, se dispone con su pareja sostener una relación vía
genital, acudiendo al uso del preservativo o, dentro de la liberación hormonal,
decide aplazar el acto, para una ocasión en la que cuente con el dispositivo,
podremos decir que el estudiante sabe
hacer en contexto; es decir, se halla en el Nivel Satisfactorio, según la categorización del ICFES.
Pero si el estudiante sabe qué es un condón; si demuestra en
un dispositivo sintético, en el relato de una experiencia o en un lenguaje
simbólico, cómo se usa; si en sus relaciones afectivas heterosexuales u
homosexuales lo usa o decide no mantener la relación coital, por falta de
preservativos; pero además soporta su decisión arguyendo que no la hace, así su
pareja quiera e incluso se disguste, por no acceder al placer, dado que es
consciente de que al efectuarla puede acarrearles problemas, verbi gracia un
contagio o un embarazo no deseado y que esa situación perjudica la misma
relación, aqueja la salud de los dos, infecta a la criatura engendrada y
entorpece los proyectos individuales y colectivos, entonces ese estudiante se
encuentra en el nivel Avanzado,
porque va más allá del saber hacer en contexto
y se adentra en la complejidad de una situación.
Eso es lo que demanda el Icfes y la sociedad de nuestros
estudiantes, en todos los saberes disciplinares. El Estado y la sociedad no
piden que los estudiantes salgan a desempeñarse en empleo alguno, porque el
colegio no es Técnico, para eso hay otras instituciones que tienen esa misión,
una de ellas, la universidad. El Estado y la sociedad le exigen a los niños y
adolescentes que sean buenos ciudadanos, para lo cual pone a su disposición los
proyectos transversales, las áreas obligatorias y fundamentales, unos tiempos,
los Ambientes Básicos y Complementarios de Aprendizaje, unos recursos
didácticos, financieros, educadores y directivos docentes.
El fracaso escolar
Hace 21 años, Miguel de Zubiría Samper (1995, 3) escribió,
en la presentación de su libro: Teoría de
las seis lecturas: “La principal causa del fracaso escolar es la
incompetencia para la lectura, que se manifiesta en los estudiantes desde el
momento mismo en que aprenden los rudimentos de la lectoescritura”. Quizá, la
perdida de año escolar de los 110 estudiantes de la jornada de la mañana, en la
sede A, en el año 2015, tenga parte de su explicación en la tesis del sicólogo
mencionado. Probablemente, el robustecimiento de los niveles Mínimo e Insuficiente, por encima del 80%, en las Pruebas Saber de los
grados 3º, 5º y 9º, esté relacionado con “la incompetencia para la lectura”. Seguramente, la pérdida de año escolar del 22%
de los alumnos, de la jornada de la mañana, de la sede A, que culminaron su
escolaridad en el año 2015 y la escasa colocación de los educandos, de grado
once, en los primeros puestos de las pruebas Saber 11, tenga que ver con la
postura de De Zubiría y con el postulado de que “en nuestras escuelas se enseña
a leer solo en primero primaria, con lo cual la lectura queda restringida a su
nivel de decodificación fonética” y las pruebas exigen decodificación
metasemántica, categorial y desarrollo de pensamiento.
La Misión Ciencia Educación y Desarrollo (Aldana, García,
Gutiérrez, Palacios & Vasco, 1995, p. 24), al ocuparse de los problemas de
la Educación Básica, concretamente de la repitencia de grados en primaria y
secundaria, estiman que en lo atinente a la primera, una tercera parte de los
cupos corresponde a niños que superan la edad escolar, mientras en secundaria
es del orden del 20%. “Este problema es grave –apuntan los comisionados-, no
solo en términos económicos para la sociedad, el Estado y los padres de familia
sino también en términos de sus efectos sobre la autoestima de los niños y los
jóvenes”.
La Unesco ha señalado que “quienes pierden un grado tienen 50% de
probabilidades de dejar de estudiar”. Esto quiere decir que el gran
riesgo de reprobar un año es la posibilidad de que el estudiante pierda las
ganas de estudiar y termine desertando. En últimas, - se lee en uno de los
informes del organismo internacional-, “hay tres posibilidades de educación en
la vida: la buena, la mediocre y, la peor de todas, ninguna. Por eso es
fundamental que los estudiantes no
repitan, para que no deserten, condenándose para toda la vida al peor de los
mundos”.
Emilia
Fereiro (2012, p. 14), una de las investigadoras más connotadas y autorizadas
en el continente para hablar de la lectura y la escritura, con sectores
marginados por la pobreza y el analfabetismo, en su libro: Pasado y presente de los verbos leer y escribir, sustenta que la
enseñanza de la lectura y la escritura ha sido asumida como una técnica en la
correcta oralización del texto, en el primer caso y en el trazado de las
letras, en el segundo. El hecho de seguir insistiendo en esta tradición es lo
que ha llevado al origen del fracaso escolar, endilgando al aprendizaje como
responsable directo y en esa coherencia al alumno.
El fracaso
escolar es, según Ferreiro (2012), “en todas partes y masivamente, un fracaso
de la alfabetización inicial que mal puede explicarse por una patología
individual” (p.14), no es algo intrínseco al alumno, sino que tiene que ver con
un déficit cultural. El rector de la Universidad nacional de Colombia, en un reciente
artículo (Mantilla, 13 de mayo, 2016), a propósito del analfabetismo moderno, asegura
que existe el analfabetismo funcional entendido como “la incapacidad
de las personas de comprender textos escritos y de formular ideas a través de
la escritura, con graves consecuencias que limitan seriamente la interacción
social y la comunicación de los individuos que lo padecen” (párr. 3).
El analfabeta funcional, a
diferencia del analfabeta en estricto sentido, no hay que buscarlo en los barrios
pobres ni en las veredas, se encuentra en cualquier estrato social, “algunos de
ellos han llegado a ser profesionales, pero sus capacidades de comunicación y
recepción de ideas o su nivel de comprensión de instrucciones están
dramáticamente limitadas, lo que les excluye, adicionalmente, de los beneficios
fundamentales del conocimiento, la creación y la innovación”. Saber leer y no
practicarlo es una indicación de analfabetismo funcional. Otro prototipo de
analfabeta funcional es el tecnológico, la persona cuenta con los dispositivos
pero no los quiere usar.
Aún siendo muy eruditos, afirma
Mantilla, siempre estaremos en riesgo de convertirnos en modernos analfabetas,
de ser o de volver a ser analfabetas tecnológicos. Lo importante es nunca
dejarse “desalfabetizar” o “analfabetizar”, manteniendo una actitud de asombro
e interés por comprender los cambios; pues en el caso del analfabetismo no vale
la esperanzadora máxima de que: “la ignorancia, una vez se pierde, ya nunca
vuelve”. La ignorancia está al asecho y valdría la pena indagar que relación
tiene con el fracaso escolar.
Algunos
paliativos para la acidez…
En el año 2014, de los 4 sextos matriculados,
uno perdió el año escolar, sin contar las deserciones previas. Ante la
mortalidad y previendo que en el 2015 se repitiera la situación, la profesora de Ciencias y el autor de este
escrito, llevamos a cabo un proyecto de intervención a los cuatro sextos, con
un menú, unas didácticas y pedagogías alternativas a la oferta institucional.
La lúdica, los vídeos, la lectura en voz alta,
el conocimiento de cómo aprende el cerebro, por los estudiantes, los estudios
de casos sobre embarazo, consumo y convivencia, la historia gráfica de vida, la
realización de gimnasia física y mental, usando colchonetas, música de
relajación, las salidas al sendero peatonal, el apoyo a los niños más disruptivos en el
deporte, la concienciación sobre la importancia de una dieta alimenticia sana, la
activación de la Glándula Pineal, las reuniones de padres de familia y una
conversación con los profesores, en una Comisión de Evaluación, entre otras
didácticas y acciones, nos permitió interactuar con los niños y niñas y conocer
parte de su historia y de sus expectativas, lo mismo que la imagen que tienen
de nosotros los profesores, que dicho sea de paso no se atreven a expresarla
por miedo a las sanciones y a la estigmatización, por parte de algunos docentes.
El miedo desencadena la activación de la Amígdala y aumenta la producción de
oxitocina para contrarrestarlo. Igualmente el corticol. Esa experiencia está
editada en tres artículos virtuales y registrada en el IDEP.
De manera parecida a como ocurre con la atención
en la EPS, la intervención, para tal propósito, sirvió de muy poco, en la
prevención del flagelo, porque a los dolientes, huelga decir a varios
profesores con clases en el grado, les faltó apoyar la iniciativa, retroalimentarla,
ajustarla, hacerla suya, mejorarla y superarla; pero no, hubo quienes se dedicaron a
subestimarla, incluso a burlarse y a atacarla, sin argumentos sólidos y sin mostrar alternativa a lo existente,
se prefirió continuar con el modelo tradicional y con el confort.
En el 2016, se contó
con el apoyo de dos sicólogos del Hospital de Macondo. Ellos asumieron un
trabajo focal, con cada uno de los estudiantes repitentes, en pro de la
promoción anticipada al grado 7º. El resultado de la intervención indica que
las condiciones sicológicas y emocionales estaban al orden del día, para que la
mayoría pasaran de un grado a otro. Los niños también estaban entusiasmados y
los padres de familia, coadyuvando desde sus limitadas posibilidades. Como en
la canción de Serrat: “todo está listo, el agua, el sol y el barro, pero si falta Usted no habrá
milagro. El milagro solamente lo hubo con un estudiante, como ya quedó dicho. El Usted, en singular y en
plural, faltó y no hubo el milagro.
Tanto la acción
preventiva llevada a cabo en el 2015, la intervención de la estrategia A-probar de la Secretaría de Educación,
logrado por un Derecho de Petición, interpuesto por el suscrito, como la
intervención remedial, realizada en el 2016, permiten aseverar que ante el
fracaso escolar el liceo Sintético
generó unas estrategias pedagógicas y consiguió un apoyo sicológico, acto poco
común en las instituciones públicas con quienes pierden el año escolar. Para el
equipo de salud mental, que atendió a los estudiantes, la siguiente fue la
recomendación.
“Es importante tener
en cuenta que la repitencia escolar genera impactos que inciden gravemente
sobre la vida personal y de pares, trae
consecuencias severas sobre su futura trayectoria educativa y de convivencia
escolar. Lesiona su autoestima, descree de sus capacidades y posibilidades de
aprender. Percibe el hecho de repetir como
una situación que produce el mismo daño, que una pérdida afectiva grave. Se
pierde el grupo de pares. Altera y
deteriora la situación de desarrollo al retrotraer el proceso en marcha, hacia
prácticas elementales que ya no interesan ni motivan. La reprobación hace sentir los efectos de la estigmatización
social. Rotula. Presiona. Distintos
compañeros. Misma metodología no atrae. Afirma la cultura de la repetición. Sobre
edad. Deserción Escolar. Costo económico. Adaptación con nuevos pares”
En la primera reflexión, publicada en este blog, sobre la práctica que se llevó a cabo con los estudiantes de grado 6º referimos a Richard H. Tawney, historiador critico, socialista, cristiano e impulsor de la educación de adultos, quien describía, en la primera mitad del siglo XX, la política de la igualdad de oportunidades como la “filosofía del renacuajo”. Comparaba las esperanzas de un miembro de la clase trabajadora de ascender socialmente, con las escasas oportunidades que tienen los renacuajos de llegar a convertirse en ranas. Por naturaleza, no todos los renacuajos se transforman en ranas. El educando de grado sexto y de cualquier nivel de escolaridad, que tenga que reprobar, va perdiendo las posibilidades de ascenso social, atrofia la metamorfosis, se aleja de llegar a ser rana, porque factores multimodales del medio escolar y social se lo imposibilitan.
Ahora
bien, ya sabiendo que las respuestas a las preguntas de las pruebas Saber y a
las evaluaciones que hacen los profesores se ven obstaculizadas porque están
hechas, en el caso del bachillerato, para estudiantes con lectura superior al
nivel fonético y de decodificación primaria, hay que trabajar en esa dirección.
Las pruebas Saber 11, parten de la premisa que un estudiante de grado 11 lee,
en promedio, 300 palabras/minuto y comprende el 80% de lo leído. La experiencia
ha mostrado, que niños de grado sexto del liceo no alcanzan a leer 100 en ese
lapso y los de 11apenas se ubican entre150-180. El promedio para un niño de
primero debe estar en 80, el de 4º 140, el de sexto 180 y así se podrá llegar a
11 leyendo 300 palabras.
Las soluciones están dadas...
Aunque se suele
atribuir el fracaso escolar a la educación secundaria, en realidad la clave
para prevenirlo está en las etapas educativas anteriores. La educación temprana es una etapa
formativa decisiva, que influye directamente
en los resultados futuros de los niños en competencias
básicas, sea cual sea su origen
socioeconómico.
La potencia está
en la educación temprana. Educación que, como la enredadera,- acudiendo al
símil al que acude Nietzsche (2005, 31)-, está en la enredadera, vegetal que aspira
a extenderse, a incorporarse en nuevos territorios, a crecer. La potencia, está
en el “saber preescolar”, volviendo a Ferreiro. “Básicamente, en una primera
inmersión en la “cultura letrada”: haber escuchado leer en voz alta, haber
visto escribir, haber tenido la oportunidad de producir marcas intencionales;
haber participado en actos sociales donde leer y escribir tienen sentido; haber
podido plantear preguntas y obtener respuestas”( Ferreiro,1995, 27) Si en el
preescolar se ingresa a la lengua escrita, por la magia cognitiva desafiante y
no por el adiestramiento, tendremos lectores y escritores, en el caso contrario
la pirosis ocupará el lugar que halla vacío.
La potenciación de la educación preescolar, inicial o infantil pasa por
la articulación de ésta con la educación
básica primaria. Eso lo planteó Carlos Eduardo Vasco emérito profesor de la
Universidad Nacional, inicialmente para el Plan Nacional de Educación 2006-2015
y en un documento titulado: Diez retos
de la Educación Colombiana para 2025. “En cualquier caso- escribe el comisionado de la Misión de Sabios-,
sigue vigente el problema de articular los jardines infantiles con los colegios
de básica primaria sin volver colegios los jardines ni escuelas los
preescolares”.
En el caso del
grado sexto, el matemático y ex asesor del MEN y creador de los extintos
Programas Curriculares, reconoce que en los colegios oficiales sí hay muchos
problemas por la heterogeneidad de los distintos grupos que llegan a sexto
grado de escuelas, de muy diverso nivel académico. “En muchos de esos colegios,
la única manera de disminuir la deserción, en el grado sexto, sería la de
rediseñar completamente los programas del primer semestre de ese grado o aun de
todo el año escolar, para logar una especie de nivelación en competencias de
lenguaje, matemáticas y ciencias (o por lo menos de lenguaje y matemáticas, o
por lo menos de lenguaje). Otra idea que se ha sugerido para esta articulación
han sido la de abrir un sexto grado en las escuelas que tengan más dificultades
de integrar a sus egresados de quinto grado en los sextos grados de los
colegios a los que están adscritas”.
Las condiciones
están dadas para el cambio, expresó García Márquez (1995) en el primer tomo de
la Misión Ciencia Educación y Desarrollo: Colombia
la Filo de la Oportunidad. La pregunta sería si hay voluntad de transformar
lo que venimos haciendo, porque los resultados no están yendo más allá del
fracaso escolar, evidente con improbación, la repitencia, la deserción de
alumnos, los resultados de las Pruebas Saber, la desesperanza aprendida, maestros
con el Síndrome de Agotamiento Profesional, padres de familia, sociedad y
Estado exigiendo mejores resultados, en fin…tantas cosas. Pero ¿por dónde iba yo a empezar? Pregunta Elie
Wiesel (1987) “¡el mundo es muy basto! Pero puedo empezar con mi país…es el que
más conozco, el mío. ¡Pero mi país es tan grande…¡mejor empiezo con mi
departamento…! ¡Pero este también es muy grande! Empezaré por mi pueblo…claro
que últimamente ha crecido mucho…Tal vez sea mejor empezar por mi colegio y mi
barrio…pero no, ¡qué va…es mucha gente!...¡No!, mejor empezaré con mi familia,
mi hogar…¡No importa! Empezaré conmigo mismo”, para luego, “salir de mi y
buscarme en los otros, los otros que me dan plena existencia”, como dijese
Octavio Paz.
Algunas
fuentes consultadas
Aldana, E., García, G., Gutiérrez, R., Palacios, M. & Vasco, C. E.
(1995). Informes comisionados I Educación
para el Desarrollo. (1ª ed.). (Tomo 2). Bogotá, Colombia: Imprenta
Nacional.
De Zubiría, M. (1995). Teoría de
las seis lecturas I. Bogotá, Colombia: Fundación Alberto Merani.
De Zubiría, M. (1996). Teoría de
las seis lecturas II. Bogotá, Colombia: Fundación Alberto Merani.
Ferreiro, E. (2012). Pasado y
presente de los verbos leer y escribir. Buenos Aires, Argentina: Fondo de
Cultura Económica.
García, M., (1995). Colombia la
filo de la oportunidad. Informes
comisionados I Educación para el Desarrollo. (1ª ed.). (Tomo 1). Bogotá,
Colombia: Imprenta Nacional.
González, J., (2009). El cuento de
la ley de infancia. Bogotá DC, Colombia: Codice.
González, J., Herrera, P., (enero, 2015). Gestación, parto y primera infancia de un libro, revista Educación y Cultura (107, pp. 44-46)
Mantilla, I. (13 de mayo, 2016). Analfabetismo Moderno. El Espectador. Recuperado de http://www.elespectador.com/opinion/analfabetismo-moderno.
Larrauri-M., M. (2005). La potencia según Nietzsche. Valencia, Italia:
ediciones Tanden.
Vasco, C. (sf) Diez retos de la
educación colombiana para 2025. Recuperado de http://www.pedagogiadialogante.com.co/documentos/articulos/diez_retos_vasco.pdf
Wiesel, E., (1987). El crepúsculo, a
lo lejos. Bogotá, Colombia: editorial Norma.
Zuleta, E. (1997). Conversaciones con
Estanislao Zuleta. Cali, Colombia: FEZ.
José Israel González B.
Bogotá, Colombia, mayo 21 de 2016
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