sábado, 26 de enero de 2013

Cápsulas de la convivencia


LAS CAPSULAS DE LA CONVIVENCIA

La cápsula es una envoltura sintética y soluble, dentro de la cual se guardan los contenidos de un medicamento. Las cápsulas de la convivencia son una didáctica, ingeniada y aplicada por los maestros del colegio Distrital Nuevo Horizonte en los albores del año escolar 2013.



¿En qué consiste el ejercicio?

La acción pedagógico/didáctica consiste en entregarle a cada estudiante una cápsula con una leyenda, relativa a la convivencia. El marco más indicado para el ejercicio es el Manual de convivencia, porque allí reposan los principios, valores y criterios de relación que le dan Norte a las relaciones entre los agentes de la comunidad escolar. Consumir el refrigerio, por ejemplo, es un deber que tienen los estudiantes de los colegios distritales. ¿Con qué derecho se relaciona esa regla? Pues es afín a la Seguridad Alimentaria o si se quiere a la Soberanía Alimentaria. Entonces, dentro del receptáculo puede ir el contenido del mencionado derecho.

El educador puede determinar 5, 6 o 7 derechos y con base en esa decisión conforma grupos de discusión, alrededor de los mensajes que llevan las cápsulas. Si decide, por ejemplo, constituir grupos de 5 escolares, puede encajar, en una bolsa plástica o de papel, los estuches y entregárselas al moderador del grupo, para que él las distribuya, monitoree la conversación y al final recolecte las envolturas con el compromiso que el educando escribe al respaldo del recorte de hoja en la que va escrito el Derecho.


El compromiso que apunta el escolar es concomitante con la leyenda inmersa en el envoltorio. Si el escrito alude al ingreso del adolescente al colegio y al Derecho a la permanencia, entonces la anotación que haga versará sobre su actitud frente a la llegada al plantel y a su estadía en el mismo. El docente, además de animar el ejercicio, recoge los mensajes y los adjunta en el “observador del alumno”. Esa es la cuota inicial que aporta el educando para la convivencia en el año que inicia.

Como en toda ración, los aditamentos no hacen falta. En el caso de las cápsulas el menú puede contener una dosis considerable de sopa de letras, circunscrita en asuntos de al convivencia.  La sopa de letras puede estar acompañada con un crucigrama alusivo a derechos y deberes  de los educandos. Los tres componentes coadyuvan con el afianzamiento de las reglas de comportamiento.




¿Cuál es el sentido de esta didáctica?

Despertar el interés del estudiante y del maestro en el abordaje de los contenidos del Manual de Convivencia, contenidos que con el paso del tiempo se han vuelto tediosos y estériles, pese al valor educativo que tienen. Llegarle al estudiante y al educador con símbolos como las capsulas, provocan motivación y ganas de tocar las normas de convivencia de una manera lúdica.



La didáctica también busca estimular la conversación, explicitar los deseos, intenciones, propósitos y compromisos de los estudiantes con una pautas que, en algunos caos, son más invención de los adultos que de ellos mismos, particularmente en aquellos centros escolares que son de inspiración autoritaria.  Refrendar los cánones en la alborada del año, es como sembrar una semilla que sin duda dará fruto, si y solo si en el transcurso del año se le riega con el agua de la praxis y con el sol de la autopoiesis.

Y, no puede quedar al margen el sentido autopoieitico y teleológico de este ejercicio, cual es el que los maestros y directivos ingenien didácticas y las compartan para abonar el terreno escolar, para así poder seguir sembrando la semilla de los valores y principios, llegando, en un calendario no muy lejano, a cosechar la convivencia.

 Luego del encapsulamiento…



La convivencia es el terreno sobre el cual se gobierna una familia, una sociedad, la calle y, por supuesto, el colegio. Siendo así, el gobierno de una institución es constitutivamente una tarea de coordinación emocional- evocando a Maturana (1997: 226)- que se logra en el conversar cuando se apuntala una congruencia entre algo que ya se dijo: los deseos, las intenciones y los propósitos, entre el gobernante de la institución y sus miembros, de modo que estos participen de hecho en las conversaciones que las definen.

En los colegios donde los gobernantes fundan su accionar en la inspiración democrática, muy pocos por cierto, no se manda sino se conduce en armonía, el gobernante lleva a sus miembros a participar de una manera consciente y reflexiva en su realización, haciéndose, de esta guisa, cargo de su participación en las acciones que la constituyen, asunto que no puede ocurrir en un colegio donde el inri del rector(a)  es la sumisión y la reflexión está atrapada por la corona de espinas.

Pero frente a ese inri y por encima de esa corona de espinas, la acción reflexiva consciente y la emancipación personal y profesional deben ser el huerto y no la cruz del quehacer educativo. El ejercicio, parafraseando a Gonzalo Arango (1994, 42-44), muestra la existencia de maneras de no matar los deseos ni de sepultar la participación de los agentes de al comunidad educativa, sino de hacerlos dignos de vivir en convivencia.  Así, Desquite no resucitará y la tierra no seguirá mojándose de sangre, dolor y lágrimas.   

¿Y dónde se consiguen las cápsulas?

No hay pregunta tonta, ni hay respuesta definitiva, decía Paulo Freire. No es fácil conseguir etas envolturas; lo difícil es que quien tiene la respuesta la comparta con quien pregunta. Estos materiales se consiguen en los almacenes que distribuyen productos químicos. San Victorino es el lugar del desvare.

Referencias bibliográficas.
Arango, Gonzalo (1993) Obra negra. Santa fe de Bogotá, Plaza y Janes.
Maturana, Humberto (1997) Santa fe de Bogotá, Tercer Mundo Editores.      


José Israel González Blanco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario