miércoles, 1 de mayo de 2013

Ambientes Pedagógicos Básicos y Ambientes Pedagógicos Complementarios


ESPACIOS Y DESESPACIOS EN LOS COLEGIOS PÚBLICOS.
UNA INTERPELACIÓN A LOS AMBIENTES BÁSICOS DE APRENDIZAJE

José Israel González Blanco. Trabajador social.
Colegio Distrital Nuevo Horizonte. Bogotá DC.
                                      ocavita@yahoo.com
  
 “La vieja casa, sus cuartos, su corredor, su sótano, su terraza, el lugar de las flores de mi madre, la amplia quinta donde se hallaba todo eso, fue mi primer mundo. En él gateé, balbuceé, me erguí, caminé, hablé... En  verdad, aquel mundo especial se me daba como el mundo de mi actividad perceptiva, y por eso mismo como el mundo de mis primeras lecturas” [1]


Palabras claves.  Colegio tercer hogar, caracterización, ambientes básicos de aprendizaje, Ciclos.

El artículo comienza con un texto de Paulo Freire, que sitúa el desarrollo del contenido alrededor del símil de la escuela con el hogar. En esta lógica se alude a la familia como Primer hogar, la educación que imparten las madres comunitarias como segundo hogar, el colegio como Tercer hogar y el colegio deseado, el que poseen los niños, niñas y adolescentes de estratos 5 y 6, el que deben disfrutar los educandos pobres, como Hogar dulce hogar. Ilustra el artículo la acción pedagógica de las maestras y maestros del colegio Distrital Nuevo Horizonte, experiencia en la que ellas y ellos contrastan la realidad de la planta física con el contenido de la Norma Técnica Colombiana 4595. Igualmente, el ejercicio llama la atención respecto a las adversas implicaciones en la salud mental de educadores y estudiantes y en la calidad de la educación.

José Israel González Blanco. Sativanorte (Boyacá). Maestro de Escuela la Normal de Soatá. Trabajador social de la Universidad Nacional de Colombia. Pedagogo Reeducador, Magister en Educación Comunitaria, diplomado en DDHH. Actualmente trabajador social del colegio Distrital Nuevo Horizonte de Bogotá.

  Presentación

El fragmento que acabo de leer fue escrito por uno de los mayores exponentes de la pedagogía Latinoamérica. Lo traigo a colación en esta reflexión por tres razones; la primera, porque es la voz de un pedagogo que describe el espacio en que nació, creció y proyectó su pensamiento a partir de la lectura del mundo; la segunda, puesto que es un pedagogo quien se ocupa de describir los espacios en los que un ser humano despliega su infancia y aprende a leer el inconmensurable y maravilloso mundo en que vivimos. El tercero, porque Freire es uno de los representante genuinos de las Pedagogías Criticas, modelo pedagógico decidido por los educadores del Fogoncito de Horizonte.   El fragmento y la razón de ser del mismo, sitúa la deliberación en los espacios de trabajo que potencian y también inhiben la enseñanza y el aprendizaje, en un dispositivo, que en adelante nominaremos segundo hogar, tercer hogar, primer hogar y hogar dulce hogar.

“El colegio es su segundo hogar”.

El primer hogar es el que nos describe Freire y del que seguramente saben de buena tinta todos los educadores, educadoras y directivos docentes, al ocuparse del conocimiento de las características socioculturales y evolutivas de los niños y niñas, sujetos de la enseñanza. El segundo hogar, concierne al colegio, al templo de la enseñanza, al lugar donde se deben forjar individuos cultos y razonadores, al escenario en el que se acede al saber con la ayuda de la didáctica y la pedagogía, no de cualquier manera, de ahí el valor de ese concepto tan abandonado ahora, hasta por los mismos colegas: Discurso pedagógico.

Un discurso pedagógico, derivado de la Pedagogía Clásica que se ha venido marchitando, por el verano de la especialización y fragmentación curricular, por los fuertes vendavales del fundamentalismo, por las torrenciales lluvias de la teoría educacional y el currículo, centrado en el desarrollo de la técnica en la educación; y por qué no decirlo, por el empuje neoliberal que ha enrarecido la pedagogía, como muy bien lo sustenta Olga Lucía Zuluaga. Ese discurso pedagógico, que todos los maestros, las maestras y los directivos docentes deberíamos saborear y hacer degustar a nuestros educandos, fue lo que Comenio, Rousseau, Pestalozzi, Froebel, Dewey, Montessori y el mismo Freire, llamaron Teorización de Altura, donde el método pedagógico, las teoría que el educador posee sobre el niño y la niña y la teoría que maneja acerca de la sociedad, son el crisol de su quehacer.

La frase que nos ocupa, tan común en la jerigonza de muchos adultos que ven la escuela con un gran significado, hoy día toma más ímpetu, sobre todo, porque el rol de socialización primaria ejercido por la familia durante siglos, verbi gracia, el primer hogar, hoy se lo ha trasferido de facto a la escuela, al colegio e incluso a la universidad. No nos vamos a detener en problematizar esta verdad de Perogrullo, porque sobre la misma hay bastante ilustración, no obstante, asentemos que gran parte de los infantes de Preescolar, en los colegios públicos, antes de llegar al “segundo hogar”, han pasado por el hogar comunitario, regentado por madres comunitarias en unos casos y en otros por quienes ven en la educación una fuente de ingreso, pero en cualquiera de los dos casos en unas circunstancias educables distantes del sentido que le otorgó Augusto Guillermo Federico Froebel: Un jardín donde los niños se cultivarían como plantas.

Algunos de nosotros hemos visto por diferentes medios, que hay primeros hogares en los que el cultivo se hace con agua caliente y fría. En otros, como registra Eduardo Galeano: “La extorsión, el insulto, la amenaza, el coscorrón, la paliza, el azote, el cuarto oscuro, la ducha helada, el ayuno obligatorio, la comida obligatoria, la prohibición de salir, la prohibición de decir lo que se piensa, la prohibición de hacer lo que se piensa, la prohibición de hacer lo que se siente y la humillación pública, son algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales de la vida familiar.”En el primer hogar.

El colegio, tercer hogar  

Con base en lo revelado, el centro es colar ya no es el segundo hogar sino el tercero. La vieja casa que refiere Freire equivaldría a la planta física del colegio, sus cuartos a las aulas de clase, los corredores corresponden a las extensiones de los salones de clase y los laboratorios, el sótano, al cuarto de San Alejo, la terraza no existe en muchas edificaciones y si la hay la disfrutan otros seres de la naturaleza, el lugar de las flores está cubierto con cemento o está un tanto abandonado, pareciera que la naturaleza circundante, aquella que inspiró a filósofos y pedagogos como Rousseau y Froebel, no tiene campo en el colegio o si lo hay está muy reducido y dejado, más aún está invadido por residuos sólidos desechables, como pupitres viejos, artefactos tecnológicos en obsolescencia, que lo único que imbuyen, a diferencia de lo que inspiran las plantas y las flores, es tristeza.

En espacios geográficos como los que tenemos en nuestros colegios distritales, de los cuales hablaremos más adelante, el ejercicio de gatear en la consecución del conocimiento, balbucear el cultivo de la lengua materna y los idiomas extranjeros, el intento de erguir valores y emociones en la propedéutica de caminar en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, al igual que el poder hablar de la convivencia, de la democracia, de la equidad y de un atributo, tan ajeno en nuestra sociedad, como lo es la Igualdad, en esos espacios es muy difícil que la semilla germine como queremos, dado que el terreno es infértil y por eso fecunda muy enclenque.     

 Ahora bien, hablando de casas, cuartos, corredores, sótanos y flores, miremos esas existencias el en Nuevo Horizonte. En el año 2002, en la catastrófica época en la que el actual presidente, siendo ministro de Hacienda, impulsó el Acto Legislativo 001, por medio del cual se modificó la constitución y en su amparo se expidió la Ley 715, norma que acabó los PEI, los gobiernos escolares, las asociaciones de padres de familia, los directores de escuela, los rectores por jornada, la cultura escolar constituida con gran esfuerzo por las comunidades educativas, con los horarios, con las expectativas y con los ánimos de miles de educadoras, educadoras y centenares de directivos docentes, en esa catastrófica época, el Nuevo Horizonte inicia una travesía de la cual destacaremos algunos aspectos[2].

En ese mismo año como cosa mística, el periódico Hoy, publicó un artículo en el que denuncia la existencia de los 15 colegios distritales más peligros de Bogotá, todos distritales, uno de ellos el Nuevo Horizonte. La noticia causó alboroto – porque en verdad no fue otra cosa- en los círculos de la JAL y la SED. Entre los docentes la situación convoca a realizar una gestión pedagógico-política, tendiente a verificar o desvirtuar la situación y a tomar acciones atinentes a transformar la deshonra y a buscar el resarcimiento del calificativo, mediante el apoyo interinstitucional 

En ese año la SED decreta la fusión de los centros educativos escolares y dentro de ese marco las maestras, maestros, directivos docentes, estudiantes y padres de familia  realizamos una caracterización de estudiantes, comunidad educativa, pedagógica y física. La caracterización física[3] de hace 9 años, llevada a cabo por docentes y directivos docentes, cuya semblanza aún persiste en el inicio del segundo decenio de este siglo,  entregó los siguientes resultados:

El total de estudiantes de la institución era de 2711, integrado por tres sedes, 6 jornadas, 66 cursos, dentro de los estándares de la secretaria no se contempla un colegio de estas dimensiones, solo de 940, 1010 o 1410 estudiantes.
  
La sede A contaba con 28 cursos, 1100 estudiantes y dos jornadas. La sede B albergaba 22 cursos, 840   estudiantes y dos jornadas. La sede C con 18  cursos, 680 estudiantes y dos jornadas. Al relacionar la cantidad de estudiantes con el área de cada salón se pudo precisar que los salones en promedio tienen 1.2 metros por estudiante, distribuidos así: la sede A cuenta con 1.2 metros por estudiante, la sede B, cuenta con el porcentaje mas alto, 1.4 metros por estudiante y la sede C con el porcentaje mas bajo con 1.02 metros por estudiante, siendo el parámetro de un colegio de 940 o de 1410 estudiantes  2.20 metros para primaria o secundaria.


Los salones de arte según parámetro deben ser de 2.2 metros por estudiante, la realidad es que la sede A no tiene salón, la sede B tampoco y en la sede C se ha destinado un salón común y corriente para ello, con un porcentaje de 1.02 metros y el promedio de la institución es de 0.34 metros.

En laboratorios la realidad es igualmente delicada, en la  sede A el porcentaje  es de 0.27metros, en la sede B es 0 y en la sede C es 0.26 para un promedio institucional de 0.17; siendo el parámetro de 2.2 para un total de 84 metros para biología, 84 para física y química y 84 metros para tecnología.
  

En bibliotecas, la sede A tiene un porcentaje de 0.4 metros por estudiante, la sede B 0 y la sede C 0, para un promedio institucional  de 0.13; siendo el parámetro 0.5 metros por estudiante. En aulas de informática la sede A cuenta con 2 salones y el porcentaje por salón es de 1.38 metros; la B con 1.2 metros por estudiante y la sede C con 1.28; siendo el parámetro de 2.5 metros por estudiante.

En lo correspondiente a la cafetería, la sede A no cuenta con cafetería para estudiantes se les venden productos por una ventana, en la sede B temporalmente se usa un salón para vender productos y en la sede C el problema es aun mayor, por no contar ni con patio de descanso. Según los parámetros se debe tener un aula múltiple, baños, emisora, y bienestar estudiantil para un total de 545 metros.  En relación con el aula múltiple, la sede A cuenta con una de un porcentaje de 0.3 metros por estudiante, la sede B con una de 0.03 metros por estudiante y la sede C con una de 0.16 metros por estudiante, siendo el parámetro de 1.3 metros por estudiante.

El patio de la sede A tiene como porcentaje 0.3 metros por estudiante, la sede B 0.8 metros y la sede C no tiene patio; siendo el institucional de 0.3 metros y el parámetro de 9.0 metros por estudiante, de área libre. Las clases de Educación Física las realizan los profesores en los corredores del colegio, en la calle, en las escasas, deterioradas y ocupadas canchas de los barrios Buenavista, Chaparral y Mirador, previa negociación con los jóvenes de las pandillas y habitantes del sector, poniendo constantemente en riesgo la vida de los escolares y la de los profesores. El área de orientación, en la sede A era de 32 metros cuadrados, en sede B 4.0 metros cuadrados y en la sede C 1.5 metros cuadrados; siendo el promedio institucional 12.5 m, y según estándar debe ser 30 metros cuadrados,  con sala para reuniones con padres.

La sala de profesores, en la sede A tiene un porcentaje de 3.0 m por docente, cero computadores, un teléfono a medio servicio, dos baños y una base para colocar una estufa pequeña, localizada juntamente frente a la puertas de los dos baños. La sede B 1.5 metros por profesor y  la sede C  1.2 metros por docente, para un promedio institucional de 1.9 m, siendo el parámetro 3 metros por docente. En enfermería ninguna sede tiene sitio, aunque todas tienen botiquín y sin la mayoría de implementos; esta debería ser de 12 metros cuadrados. En lo relacionado con el gobierno escolar, La Asociación de padres, El Consejo estudiantil, El Consejo Académico y El Comité de convivencia no cuentan con ningún espacio, en ninguna de las tres sedes.

Es de anotar, que a diferencia de los educadores, el personal administrativo siempre ha contado con un área considerable, equipos, internet, líneas telefónicas, impresoras y recursos para el desarrollo de su trabajo.

El colegio…hogar dulce hogar

Como habrán podido colegir, las condiciones espaciales en el tercer hogar no son las más optimas ni para enseñar ni para aprender. Es probable, que para algunos esto no tenga mayor importancia, porque de tiempo atrás nos hemos acostumbrados a lidiar con la pobreza que le imprime el Estado y la sociedad a los colegios, no solo material sino también espacial, basta conocer la historia de cómo se erigió cada escuela y cada colegio, para concluir que su nacimiento fue dentro de las condiciones más precarias y deplorables, salvo quizá instituciones como la Escuela Nacional Piloto de Aplicación, hija y ahijada del MEN.

Pero, científicamente está demostrado que la disposición de los espacios urbanos, tiene un impacto en la salud biológica y mental, dado que tal como están diseñados y distribuidos, generan estrés y el estrés engendra desórdenes oníricos, altera el sistema respiratorio, circulatorio y nervioso. En la más elemental de las situaciones, el estrés puede ser activador de comportamientos violentos, incluso criminales. El diseño de las estructuras redunda en los estados del alma y eso afecta, finalmente, el comportamiento de los humanos, la convivencia.

La salud física y mental es una dimensión que no se puede dejar de lado en la comprensión de la convivencia, la enseñanza y el aprendizaje. Datos oficiales del Ministerio de Protección Social señalaban en el año 2008, que 44 de cada 100 colombianos tenemos algún tipo de trastorno mental leve, moderado o grave, que entre 25 y 30 educadores poseen diagnóstico siquiátrico; que 59 de cada 100 docentes están sufriendo de despersonalización dentro del ´Síndrome de Agotamiento profesional acá en Bogotá[4].  


Pero la genealogía del estrés, de los desórdenes oníricos, de las alteraciones del sistema respiratorio, circulatorio, nervioso y de los trastornos mentales no se engendra meramente en el tercer hogar, procede del primero y segundo hogar y de la calle. En el colegio esos desordenes se ensanchan, se neutralizan o se diluyen de acuerdo con la oferta del tercer hogar. Lo más probable es que se ensanchan, porque los colegios no cuentan ni con tiempos, ni espacios, ni medios para neutralizarlos. La OMS ha proclamado, las personas necesitamos mínimo 10 metros cuadrados de área pública y la medida igualmente mínima, para una vivienda es de 60 metros cuadrados.

En este acápite del Hogar dulce hogar, la invitación es a vislumbrar lo legalmente establecido, a compararlo con lo que tenemos y a actuar en consecuencia con las obligatoriedades del Derecho a la Educación. Según la Norma Técnica Colombiana (NTC) 4595(ratificada por el ICONTEC, editada en el año 2000 y reeditada en el 2006 por el MEN, dentro del escuadre de la Revolución Educativa) los ambientes de aprendizaje se clasifican en Ambientes Pedagógicos Básicos y Ambientes  Pedagógicos Complementarios. De los primeros, se desarrollan seis tipos de acuerdo con la actividad que se puede llevar a cabo en ellos y el número factible de personas en las distintas acciones. Sus diferencias más claras se presentan en el área de piso que requieren por persona, en las instalaciones técnicas y los  equipos que demandan y en las características  ambientales que deben procurar.

Los Ciclos deberían contener en la caracterización el componente de los Ambientes Pedagógicos Básicos y Complementarios de aprendizaje, enfatizando en los ambientes tipo A, B. C, D, E y F. Los ambientes A son lugares en los cuales es posible realizar trabajo individual, en pequeños grupos, “cara a cara” (2 a 6 personas) y en grupos hasta de 50 personas, tanto “cara a cara” como en disposición frontal. Salvo el transporte de señales, no requieren instalaciones  técnicas, equipos, ni características ambientales de gran complejidad y pueden permitir en forma limitada la exhibición y el almacenamiento de materiales y/o colecciones especializadas.


Los ambientes A pueden funcionar como ambientes de apoyo especializado, haciendo las  previsiones en el tiempo de uso. Según la norma, en ambientes A, para educación  Básica  y  Media,  con  capacidad  inferior  a  cuarenta  personas,  se  debe aumentar el área por estudiante a razón de 0,10m 2 por cada diez estudiantes. De esta manera, un ambiente A para treinta estudiantes, calculado a partir de 1,65 m2, demandará 1,75 m2 por estudiante y así, sucesivamente. La variación en el número de metros cuadrados corresponde al tipo y tamaño de mobiliario utilizado. El indicador de 1,80 m2 se recomienda para muebles con superficie de trabajo individual de 0,50 m x 0,70 m.

Ejemplo de estos ambientes son las aulas de clase, las cuales pueden tener diferentes manifestaciones, según la edad de niños, niñas o jóvenes que hacen uso de ellos. Para jardín, niños y niñas entre 4 y 5 años, el máximo es de 20 estudiantes por docente y el área por estudiante es de 2metros cuadrados; para transición, entre 5 y 6 años, el máximo es de 30 estudiantes por docente y el área por estudiante es de 2 metros cuadrados.


En Educación Básica y Media, niños y niñas entre 6 y 16 años, el máximo de estudiantes por educador es de 40 y el área por estudiante oscila entre 1.65 y 1.80 metros cuadrados. En Educación Especial (en nuestro caso niños con déficit cognitivo el máximo es de 12  y el área 1.85 metros cuadrados). El salón de informática demanda máximo 40 alumnos y 2.2 metros cuadrados por estudiante.

Los centros de recursos, exigen 2.4 metros por educando. Estos dos últimos hacen parte del tipo B de ambientes de aprendizaje. En los anaqueles del la SED deben reposar las cartas que los Consejos Académicos han oficiado durante varios años, pidiendo que se aplique en el colegio la Norma Técnica Colombiana (NTC) 4595, ratificada por el ICONTEC y reeditada por el MEN hace 5 años, para que la calidad de al educación y la convivencia puedan llegar al paladar

Ambientes de aprendizaje de tipo C son los laboratorios, lugares  donde  se  desarrolla  el trabajo individual  y en pequeños grupos “cara a cara” (2  a  6 personas) con empleo intensivo de equipos e instalaciones. Se caracterizan por ofrecer lugares con altas especificaciones de  seguridad, mucha  demanda de servicios de aseo y áreas importantes para el almacenamiento prolongado y la exhibición de proyectos pedagógicos y materiales especializados.

Ejemplos de estos ambientes son los laboratorios de ciencias, las aulas de tecnología y los  talleres  de  artes  plásticas. De acuerdo con las actividades que permiten llevar a cabo, pueden ser de diferentes áreas, por ejemplo los laboratorios de Biología, Química y Física, deben ofrecer 2.2 metros cuadrados de área por estudiante; el salón de artes 3 metros cuadrados por alumno...   

Los ambientes D son lugares en los cuales es posible practicar deportes en forma individual, o  colectiva. Se definen por tener altos requerimientos de área, ventilación, iluminación y almacenamiento de materiales e implementos deportivos. Ejemplos  de  estos ambientes son los campos deportivos. Las condiciones de localización y funcionamiento de los distintos  establecimientos educativos hacen difícil prescribir un tipo y número determinado de instalaciones deportivas.

Para efectos de cálculo, se recomienda tomar como unidad de medida  la cancha  multiuso; es decir, una superficie plana, continua y sin obstrucciones de  aproximadamente 30 mx18m, que puede ser habilitada para la práctica reglamentaria del  baloncesto y el microfútbol, entre otros.  Esta  instalación  ofrece  el  área suficiente  para  que  un  grupo  de  40  estudiantes lleve a cabo actividades de  educación física, según lo dispuesto en el plan de estudios correspondiente. El número de canchas multiuso está dado por el número de estudiantes de la institución en una jornada. (Este tipo de instalaciones se ve directamente afectado por la realización de convenios interinstitucionales para hacer uso compartido de equipamientos públicos).

Los ambientes tipo E son lugares que permiten desarrollar actividades informales de extensión y pueden constituirse en medios de  evacuación de los demás ambientes. En ellos  se admite el trabajo individual y en pequeños  grupos  (2  a  6  personas)  y  se  asegura  el  desplazamiento  de  toda  la  comunidad escolar. Se hace énfasis en el tratamiento de las vías de evacuación y escape y ofrecen áreas de almacenamiento y exhibición de elementos y enseres. Son ejemplos de estos ambientes los corredores y los espacios de circulación. Su área total  equivale  hasta  un 40%  del  área  total  construida,  cubierta  y  descubierta,  (instalaciones deportivas,  teatrinos, etc.)  cuando  hay  rotación  de  espacios, y 30 % cuando  no  la  hay;  (se asume  rotación  desde  el  sexto  grado).  Incluye  el  área  que  cubre  muros  y  otros  elementos estructurales y constructivos. Quedan excluidas de este cálculo las zonas de parqueo, en las cuales se debe adicionar el área que ocupa la vía de acceso a las mismas.

 Las áreas de circulación dispuestas deben ser accesibles y deben permitir una  rápida evacuación. Si así lo determina el Proyecto Educativo Institucional, las áreas de  circulación deben permitir el almacenamiento de los elementos personales de cada uno de los estudiantes en la jornada más extensa, (véase la NTC 4638) la exhibición segura de elementos y trabajos y el  desarrollo  de  otras  actividades  pedagógicas  de  extensión  y  socialización.  En  esta  última circunstancia, podrán ser contabilizadas, si su diseño no interfiere con las rutas de evacuación y  salida,  como  áreas  destinadas  a  ambientes  pedagógicos  básicos  en  el  cálculo  general  de áreas. Norma Técnica Colombiana NTC 4595.

El último de de los ambientes pedagógicos Básico es el F. Se refiere los lugares que permiten el trabajo individual, en pequeños grupos (2 a 6 personas) o más de 6 personas,  ¨cara a  cara¨, o en disposición frontal,  con ayuda de equipos móviles  conectables. Se particularizan por ofrecer unas condiciones especiales de comodidad auditiva y visual y un manejo  cuidadoso  de  las  vías  de  evacuación  y  escape.  Cuentan  con  áreas  para  el almacenamiento y la exhibición temporal de elementos. Ejemplos de estos ambientes son los foros, los teatros, las aulas múltiples, los salones de música, etc.

Debe existir al menos un ambiente multifuncional con capacidad para albergar, en disposición frontal, al menos una tercera parte del número total de estudiantes en la jornada con mayor número de estudiantes. En conjunto, deberá tener un área no inferior a 1,4 m2 por estudiante. Se  espera  que  este  ambiente  pueda  satisfacer,  además  de  las  necesidades  de agrupación de los miembros de la institución escolar, las demandas en las áreas de música y danza. Del área por estudiante se sugiere dedicar un 50 % a los espectadores, un 25 % a un escenario y un 25 % al depósito, camerino, cuarto de proyecciones y cubículos para la práctica de instrumentos musicales.

Finalmente están los Ambiente Pedagógicos Complementarios, lugares de la institución  educativa, normalmente no programados en forma expresa para desarrollar  el  plan  de  estudios,  que  se  requieren  para  apoyar  y  facilitar  el  trabajo  de  los ambientes pedagógicos básicos. Se  clasifican en cuatro grupos de ambientes así: ambientes  para  la  dirección administrativa y académica; para el bienestar estudiantil; áreas para almacenamiento temporal de materiales y medios de transporte, y servicios sanitarios. En estos ambientes no nos detenemos mucho, pues lo primacía está en los ambientes pedagógicos básicos, aunque en la caracterización aparecen algunos datos sobre el particular.  

Coligiendo…


Con base en lo expuesto se puede deducir:

 1. Que los espacios locativos que ofrecen los centros escolares, particularmente los de colegios distritales, en muy poco favorecen el desarrollo del pensamiento y la convivencia, porque a cambio de incluir, excluyen.
2. Los centros escolares en el discurso del Derecho a la Educación interpelan la asequibilidad y asequibilidad, es decir, la existencia de espacios físicos aptos para la enseñanza y el aprendizaje. En nuestro caso ese componente del Derecho a la Educación no se cumple, afectando negativamente la permanencia, la adaptabilidad y la calidad de la educación.

3. Tal como están dispuestos los espacios institucionales, los espacios públicos y tal como se vienen implementando medidas como la cobertura, la igualdad de oportunidades y la equidad se presentan más bien como inequidad y como desigualdad. Si se quiere que haya igualdad y equidad hay que buscar y poner en práctica medios que sean coherentes con el fin perseguido, eso nos lo enseñó Gandhi.

4. Juan Casassus, sostiene que “gran parte de la desigualdad que se observa en la escuela y a su salida se produce en ella misma y no es heredada de las diferencias entre familias cuyos hijos van a la escuela” [5] .No obstante, la familia o el primer hogar, es un escenario en el cual se vive la desigualdad y la inequidad de oportunidades, la pobreza, el desempleo, el hambre y la violencia son algunas de us manifestaciones.

5. La igualdad es un Derecho Fundamental ambiguo y muy complejo, que para su existencia exige la satisfacción de necesidades básicas y nosotros sabemos que muchos de nuestros niños y sus familias, ni siquiera acceden al mínimo vital. En ese sentido, la igualdad de bienes, la igualdad ante la ley, la igualdad de derechos y deberes, la igualdad de oportunidades, la igualdad de trato, la igualdad en la imposición de cargas, la igualdad de salario, son apenas preguntas que nos llevan a pensar más a fondo lo que ello significa.


Y cerremos esta intervención que iniciamos con Freire, dándole la palabra a Peter Drucker, uno de los más altos referentes de la administración en los últimos años, para decir con él, que la mejor estructura no garantizará los resultados ni el rendimiento. Pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso”.  


Algunas fuentes consultadas


Freire, Paulo (1984). La importancia de leer y el proceso de liberación. México: Siglo XXI, p.95 ss.
 González Blanco José Israel et al (2006). Innovación, Currículo, conflicto y Participación. Bogotá DC, editorial Códice.
 Patiño, Orlando, Prado Samuel. (2003). Caracterización física y didáctica institucional: En: Por el camino de la caracterización de la IED Nuevo Horizonte: un viaje de maestros y estudiantes. Bogotá DC, junio de 2003.
 Torres Ospina, Pedro, González Blanco, José Israel y otros (2009) Salud Mental Cooperativismo y Educación. Bogotá, editorial Códice
  González Blanco, José Israel. (2009) En: El Currículo que interpela. Cuadernos de Psicopedagogía No 6.  Tunja: Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,  p. 138




[1] Freire, Paulo (1984). La importancia de leer y el proceso de liberación. México: Siglo XXI, p.95 ss.
[2] Para mayor comprensión consultar: González Blanco José Israel et al (2006). Innovación, Currículo, conflicto y Participación. Bogotá DC, editorial Códice.
[3] Ver Patiño, Orlando, Prado Samuel. (2003). Caracterización física y didáctica institucional: En: Por el camino de la caracterización de la IED Nuevo Horizonte: un viaje de maestros y estudiantes. Bogotá DC, junio de 2003. Documento de trabajo.
[4] Véase: Torres Ospina, Pedro, González Blanco, José Israel y otros (2009) Salud Mental Cooperativismo y Educación. Bogotá, editorial Códice
[5] Citado por González Blanco, José Israel. (2009) En: El Currículo que interpela. Cuadernos de Psicopedagogía No 6.  Tunja: Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,  p. 138 

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